OPINIÓN    

El fin de la pobreza

Hernán Zeballos



Es el título de un monumental libro de Jeffrey Sachs, que fue el asesor que inspiró el DS 21.060 que, en su momento, fue el cambio más importante en la política económica del país, mediante el cual en 24 horas se paró el proceso inflacionario que hacía un enorme daño a la economía del país.

Este valioso libro, que debería ser el texto de cabecera de los actuales conductores de la política nacional, se publicó en su primera edición en la Argentina en marzo de 2006.

En esta oportunidad tocaré muy brevemente la parte correspondiente a su resumen de la economía mundial del periodo 1981 al 2001, el cual marcó las grandes diferencias que empezaron a darse entre Extremo Oriente, Europa del Este y Asia Central, América Latina y el Caribe, Oriente Próximo y norte de África, Sur de Asia y África subsahariana.

Como punto de partida resulta importante rescatar los datos que muestran que

- Todas las regiones eran pobres en 1820,

- Todas las regiones han experimentado algún progreso económico,

- Las actuales regiones ricas han experimentado, con mucho, el mayor progreso económico.

El crecimiento del PIB per cápita muestra diferencias marcadas entre 1820 y 1998, medido en dólares internacionales (1990) entre las grandes regiones mundiales:

Europa Occidental: 1820: 1000; 1998: 18.000.

Europa del Este 500 5.000

Antigua URSS 500 4.500

USA, Canadá, Oceanía 400 25.000

América Latina 300 5.000

Japón 400 20.000

Asia (sin incl. Japón) 400 2.500

África 400 2.400

Como apunta Sachs: La enorme distancia que hoy separa a los países ricos de los pobres es un fenómeno nuevo, un abismo que se ha abierto durante el periodo del crecimiento económico moderno. En 1820, la mayor diferencia entre ricos y pobres –en concreto, entre la economía puntera del mundo de la época, el Reino Unido, y la región más pobre del planeta, África– era de cuatro a 1 en cuanto a la renta per cápita (incluso después de corregir las diferencias de poder adquisitivo). En 1998, la distancia entre la economía más rica, Estados Unidos, y la región más pobre, África se había ampliado ya de veinte a uno. Dado que en 1820 todas las regiones del mundo partían de un punto más o menos comparable (todos eran muy pobres según los criterios actuales), las grandes desigualdades del presente reflejan que algunas áreas del planeta lograron el crecimiento económico moderno mientras que otras no lo hicieron. Las inmensas desigualdades de rentas de la actualidad arrojan luz sobre dos siglos de pautas sumamente dispares de crecimiento económico.

Los datos anteriores destacan tres elementos principales:

- Todas las regiones eran pobres en 1820.

- Todas las regiones han experimentado algún progreso económico.

- Las actuales regiones ricas han experimentado, con mucho, el mayor progreso económico.

¿Cómo se explica? “incluso pequeñas diferencias en las tasas anuales de crecimiento económico, si se mantienen durante décadas o siglos, acaban llevando a enormes diferencias de nivel de bienestar” (medido aquí por la renta per cápita media de cada sociedad).

Continuaré la próxima semana, hasta entonces.

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