OPINIÓN    

Venezuela: pueblo diezmado por su gobierno

Antonio Candia H.



La hiperinflación y la profunda crisis humanitaria que castigan a Venezuela son consecuencias de la política equivocada de su gobierno. En los últimos años ese país confrontó un éxodo sin precedentes en su historia, pues más de tres millones de venezolanos emigraron a otros países en pos de mejores condiciones de vida. Los que no tuvieron esa suerte se quedaron a continuar sufriendo las consecuencias de la crisis humanitaria que sufre el país caribeño.

Esta situación es política, porque el gobierno que dice ser socialista se entregó a países imperialistas extra continentales, China y Rusia, que tienen sus intereses políticos y económicos puestos en ese país, para así mantener su hegemonía política y económica con la riqueza petrolífera del país centroamericano, otrora catalogado como primer productor de petróleo del mundo. La situación fue agravada con la autoproclamación del Jefe del Parlamento, Juan Guaidó, como Presidente Encargado de Venezuela, lo que fue rechazado por el gobierno de Nicolás Maduro, pero fue reconocido por muchos países del mundo.

También el gobierno de Maduro rechazó el ingreso de ayuda humanitaria, de alimentos y medicamentos provenientes de EEUU y otros países, los mismos que incluso fueron quemados en la frontera con Colombia, dejando a miles de personas necesitadas sin poder acceder a esos productos; pero a través de imágenes televisivas se pudo ver a gente que moría en el enfrentamiento con la Policía Nacional, en esa zona fronteriza. Sin embargo, en esos momentos dramáticos, al presidente Maduro se lo vio bailando feliz con su esposa. También se vio disputar a gente por mendrugos y restos de comida en basurales de las calles de Caracas.

Estos hechos fueron considerados como crimen de lesa humanidad y atentado a los derechos humanos. En los últimos días, se supo que muchos enfermos murieron por falta de medicamentos y comida. Todo ello es consecuencia de un gobierno inhumano, al que no le importa el padecimiento de su pueblo.

En los últimos años la inflación en Venezuela llegó a alrededor de 10 millones por ciento, que la está llevando a una bancarrota total, y a seguir sufriendo hambre y miseria sin precedentes, aunque otrora fuera próspera y rica.

En los últimos días, la situación ha concitado enorme interés y preocupación en Latinoamérica y el mundo, por las connotaciones dramáticas de la crisis que confronta el noble pueblo de Venezuela. Sin embargo, es intolerable que a nombre de “no intervención” a un país democrático, se contemple sufrir y morir a la gente por inanición y enfermedades. Aquí tienen el deber insoslayable de intervenir organismos supranacionales como la OEA, ONU y otros, para dar solución inmediata a este problema de extrema preocupación para la humanidad. Estos organismos no deben permanecer como simples espectadores y de brazos cruzados ante esta tragedia que sufre el hermano pueblo de Venezuela.

A todo esto, también se puede observar que el gobierno de Maduro se está quedando cada vez más solo y aislado de la región y del mundo, auto enclaustrado. Medio centenar de países que no comparten la política del gobierno de Maduro le quitaron su apoyo; si algunos países imperialistas del primer mundo le prestan algún apoyo es porque ellos tienen intereses económicos y políticos en este país. Y Estados Unidos también tiene los suyos, como ya lo expresaron analistas; es la riqueza petrolífera que posee Venezuela.

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