EDITORIAL    

La Constitución permite Asamblea Constituyente



En los momentos cruciales en que se encuentra el país, la responsabilidad del gobierno, producto de una insurrección popular más que de un mero “golpe de Estado”, es adoptar medidas heroicas y no accesorias.

En ese sentido, en vista de la situación del país, desorgani-zado y ultrajado por el gobierno depuesto, no solo debe convo-car a elecciones generales para nuevas autoridades y un Congreso Ordinario, sino reunir una Asamblea Constituyente que dicte una nueva Constitución democrática. Será la única forma de sacar al país de la crisis en que se encuentra y lo conducirá por la senda del orden y el progreso.

El gobierno de Jeanine Áñez, producto de un gran levanta-miento nacional, ha anunciado que convocará a elecciones generales, lo cual sería adoptar una solución secundaria, en vez de adoptar una Constituyente, institución que tiene absoluta prioridad en las actuales circunstancias y constituye la única solución legítima para salir del angustioso estado en que se encuentra la Nación.

Una Constituyente abrirá la posibilidad de que este gobierno de transición no pase a la historia como restaurador de un orden corrupto y anárquico y quede en las listas de la incapa-cidad política, sino pasaría a la historia como un gobierno que salvó a Bolivia de una de las más graves crisis de su historia y la puso en la senda de la democracia y la nación.

Para seguir ese destino, al gobierno de Jeanine Áñez le está permitido por la actual Constitución, y la urgencia del momen-to, convocar a una Constituyente, de acuerdo con el Artículo 411ª que establece que “La reforma total de la constitución (…) tendrá lugar a través de una Asamblea Constituyente….”.

Entre reunir un Congreso Ordinario que mantendrá la anacrónica Constitución, es preferible convocar a una Constituyente para que ponga borrón y cuenta nueva al nefas-to pasado y no seguir dando vueltas en un círculo vicioso de caos e incertidumbre. Entre un Congreso que no resolverá la situación crítica y dará continuidad a la violencia, es preferible, en todo caso, una asamblea que haga avanzar al país hacia su pacificación verdadera. La Constitución del 2006 solo man-tendrá la violencia.