OPINIÓN    

¿Solamente simples deseos cada año?

David Foronda



Todo comenzó cuando hice llegar a algunas personas “mis mejores deseos de Paz, Dicha, Alegría, Salud, y sobre todo Sapiencia, para tratar de entendernos y comprendernos en un país donde unos pocos, ¿o quizá todos?, creen ser los poseedores de la verdad y la razón”. De inmediato pensé que, ciertamente, es usual que en cada fin de año sean expresados esos parabienes a todos quienes conocemos, algo que queda generalmente solo en eso: buenos deseos y nada más. Pero, sin perder la fe y esperanza, esto que se repite cada final de año no deja de ser un mensaje positivo y alentador, mediante el cual mucha gente ha encontrado, sino todo lo deseado por el amigo o ser querido, al menos algo de ello. De ahí que, estando a la vuelta de la esquina 2019, la colectividad haga conocer sus aspiraciones, varias de las cuales las hemos recogido para estos apuntes sobre lo que vemos a diario.

Piden, en primer lugar, que de veras se haga algo concreto para evitar aquellos feminicidios que causan incertidumbre y horror en la ciudadanía, y que no todo quede en haber presentado, con bombos y platillos, alguna que otra disposición legal sosteniendo que “con ellas ya nunca más se daría un caso de esos en el país”, siendo que vino a suceder lo contrario. Otras personas piden que ya no se escuche verborreas sobre “izquierdas” y “derechas” en 2019, habida cuenta de que las mismas ya tienen cansados a gil y mil, y que, por el contrario, todos piensen en que “nadie es dueño absoluto de la verdad y la razón”. Asimismo en otros segmentos sociales hacen votos porque “ya no se lance anuncios, con exagerada anticipación, por ejemplo, sobre un segundo aguinaldo, puesto que ocasiona que malos comerciantes eleven los precios de todo de la noche a la mañana”.

Por otro lado, la mayoría pide que los servicios de “minibuses” y el transporte público en general proceda a renovar sus “herramientas de trabajo”, ya que en varios casos están obsoletos, constituyéndose en un peligro, al trajinar “hasta derramando pernos y aceite”, apuntan a modo de broma. “Es de esperar que tampoco se den bloqueos de calles y avenidas, por parte de ningún sector, pues solo perjudican a los no pecadores, resultando paganinis por culpas ajenas”, alegan personas entradas en años. Y no puede quedar al margen gente que protesta “porque a los periodistas deportivos se los explota a más no poder en algunos canales de televisión, ya que les hacen oficiar de vendedores de ropa, leche, y cualquier producto, fuera de mandarles a actuar como presentadores de grupos folclóricos, rock, o entrevistadores de médicos, nigromantes, y más”. También piden que dejen de lado la crónica roja en los horarios matinales y meridianos, cuando toda la familia, incluidos los niños, presencian lo que, lamentablemente, es una triste realidad, pero que no tiene en todo caso por qué ser magnificada.

En fin, existen tantos y tamaños deseos que es imposible reflejarlos en este corto espacio, y solo cabe decirle: ¡Felicidades, que todas sus aspiraciones se hagan realidad con base en su propio esfuerzo, y que la luz del entendimiento y la comprensión nos ilumine a todos, para que no queden en simples deseos!

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