[Ramiro H. Loza]

Promoción de magistrados sin intervención legislativa


La conformación de los diferentes niveles de los Tribunales de Justicia del país ha sido y es secularmente política. Antes el Poder Judicial se distribuía entre los partidos políticos representados en el Legislativo, recibiendo el barbarismo de “cuoteo”. Daba lugar a una Justicia pluripartidista; ahora a través del voto popular y una selección oleada y sacramentada por el oficialismo tenemos tribunales subordinados a un partido, parte de la política de copamiento de los cuatro órganos fundamentales del Estado.

Preocupados por la politización del Órgano que debería ser modelo de imparcialidad y ponderación, hace unos 27 años atrás fuimos los primeros en plantear en estas mismas páginas del Decano de la Prensa Nacional, una modificación constitucional en orden a la creación del Consejo de la Magistratura, para liberar el aparato judicial de toda dependencia política. Por donde se vea, el Legislativo es el Órgano político por excelencia en cualquier país democrático -o supuestamente tal- y todas sus decisiones están marcadas por el morbo sectario, salvo rarísimas ocasiones. Pasados los años y cuando también, modestia aparte, habíamos planteado primicialmente la creación del Defensor del Pueblo u Ombudsman, y viendo la descabellada idea de la elección por voto popular de magistrados, volvimos a referirnos mediante artículos al referido proyecto.

Es en ese sentido que propusimos un Consejo de la Magistratura suficientemente acreditado ante la opinión pública por la confiabilidad de sus miembros, en consecuencia apto para designar la cúpula del Órgano Judicial. Sugeríamos que esta corporación se integre por:

- Los tres ex magistrados más antiguos de la Corte Suprema de Justicia, (hoy Tribunal Supremo de Justicia).

- Un abogado designado por los Colegios Departamentales de Abogados del país, reunidos en congreso.

- Un catedrático en ejercicio o emérito de las Universidades Públicas y Privadas designado en consulta. (Podría tratarse solamente de las Casas de Estudio Privadas más antiguas y calificadas).

La propuesta de tres ex supremos más antiguos, se sustenta por tratarse de personajes con carreras y aspiraciones profesionales satisfechas a plenitud, condiciones que los sitúan por encima de influencias de cualquier procedencia. La designación consensuada idóneamente de los dos miembros restantes, debía asegurar también una alta confiabilidad.

Como se ve, el Órgano Legislativo dejaba de comprometerse en una elección delicada, cimentando más bien condiciones de paz social estables mediante una garantizada Administración de Justicia. Por este camino se liberaba tanto de la elección directa en su seno, como de seleccionar candidatos para someterlos al sufragio popular, experimento éste que resultó fallido privando a la colectividad de una ansiada y depurada Justicia a la que tiene perfecto derecho. La designación del Tribunal Constitucional podría seguir los mismos parámetros, al paso que el nombramiento de las Cortes Departamentales continuaría a cargo del Tribunal Supremo de Justicia o por el propio Consejo de la Magistratura.

No se debe olvidar, sin embargo, que bajo los cánones de la anterior Constitución Política del Estado, en una oportunidad no muy lejana el Legislativo logró una elección acertada y de consenso superando las prácticas del “cuoteo”, y fue en reemplazo de la tristemente célebre “banda de los cuatro”. El prestigio de personalidades verdaderamente notables como el doctor Huáscar Cajías Kaufman, Cecilio Guzmán de Rojas y otros a cargo de la Corte Nacional Electoral, no sólo recibió el beneplácito ciudadano, sino que llevó a cabo inobjetables elecciones de los Poderes del Estado.

Cuando hay voluntad constructiva, decisión de hacer las cosas para el bien público y se prescinde de consignas partidistas, es posible que el Órgano Legislativo elija ciudadanos acreditados y probos en las instituciones. Está visto que las circunstancias presentes no reúnen las condiciones necesarias al fin señalado, que alguna vez se dieron. Lo hecho al margen de los criterios expuestos, no tardó en mostrar sus falencias.

loza_ramiro@ hotmail.com

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