Fuerzas de seguridad, servicios médicos, voluntarios, autoridades y ciudadanos romanos ya están preparados para la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II el domingo, la gran fiesta católica que tendrá lugar en el Vaticano y el mayor evento del año que acogerá la capital italiana.
El plan, que se diseña desde hace meses, ya está listo para poner en marcha la maquinaria que intentará que Roma funcione como un reloj este fin de semana, a pesar de acoger a un ingente número de peregrinos cuya cifra exacta no se puede conocer, pero que se cuentan por cientos de miles, informó Efe.
“Son 4.000 los autobuses que se esperan el 27 de abril para la canonización de los dos papas”, dijo la asesora para la Movilidad del municipio Anna Vinceroni, según los medios italianos, una suma que da idea de la magnitud del evento.
Junto a esta cifra, otros números que se conocen son los 2.500 agentes de la Policía y “carabinieri” -930 en el área de San Pedro- que deberán garantizar la seguridad de los peregrinos y autoridades que acudirán a la ciudad, 19 jefes de Estado, 24 primeros ministros y 23 ministros junto a sus respectivos acompañantes.