Llegar al Pacífico mirando hacia el Atlántico

En el año 1995 se estrenó la película “Corazón Valiente”, ganadora de cinco premios Óscar, incluido al premio a la mejor película. En uno de sus pasajes el patriota escocés William Wallace fue advertido de que el rey Eduardo de Inglaterra, llamado “El Zanquilargo”, había reforzado su ejército con arqueros galeses, conscriptos irlandeses y tropas francesas, quienes debían enfrentar al ejército escocés en los campos de Falkirk. Esta parte de la película reafirma el adagio del derecho internacional, en sentido de que todos los actores internacionales deben ser tomados en cuenta.

Ante la presentación de la memoria ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, efectuada por el Presidente del Estado, conviene analizar nuestra relación con otras potencias internacionales, por el peso que podrían tener en el desenvolvimiento del proceso. No me refiero al Perú, sino a los países de la Cuenca del Plata.

Ésta es la segunda cuenca hidrográfica más grande del mundo, abarcando territorios de Argentina, Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay. En efecto, ésta se extiende desde Puerto de Cáceres en Brasil hasta Puerto de Nueva Palmira en Uruguay, incluidos los brazos de desembocadura del río Paraná, así como el Canal Tamengo en Bolivia, con una superficie de influencia directa de 1,75 millones de kilómetros cuadrados, una extensión de 3’2 millones de kilómetros, a lo que se agrega una población en el área de influencia aproximada de 17 millones de habitantes.

Conscientes de la importancia de la Cuenca del Plata como eje articulador de la navegación fluvial, la preservación del medio ambiente y la complementación económica, el 23 de abril de 1969 los cinco países antes mencionados, suscribieron en Brasilia el “Tratado de la Cuenca del Plata”. En base al Tratado anterior, el 26 de junio de 1992, los países de la Cuenca del Plata suscribieron en Argentina el “Acuerdo de Transporte Fluvial por la Hidrovía Paraguay – Paraná”.

El objeto del precitado Acuerdo es facilitar la navegación y el transporte comercial, fluvial longitudinal en la Hidrovía Paraguay – Paraná, mediante el establecimiento de un marco normativo común para favorecer el desarrollo, modernización y eficiencia de dichas operaciones, facilitar y permitir el acceso en condiciones competitivas a los mercados de ultramar.

La Hidrovía Paraguay – Paraná se constituye en una vía de transporte fluvial natural que tiene una alta capacidad de carga (Una barcaza transporta 1.600 toneladas, equivalentes a 80 camiones de 20 toneladas), bajo consumo energético (con un litro de gas oíl una barcaza transporta una tonelada por 251 kilómetros, frente a los 29 kilómetros que transporta un camión una tonelada con igual cantidad de diésel) y con un ahorro en la potencia considerable (con un HP una barcaza puede transportar 22 toneladas frente a una tonelada que puede transportar un camión con idéntica potencia). Un empujador o remolcador tiene la capacidad de llevar un tren de entre dieciséis a veinte barcazas.

En la actualidad, el único acceso soberano de nuestro país hacia la Hidrovía Paraguay – Paraná es a través del Canal Tamengo, ubicado en la Provincia Germán Busch del Departamento de Santa Cruz, se trata de un afluente del margen derecho del río Paraguay, de unos 10,5 kilómetros de extensión, ese río se conecta con la Laguna de Cáceres. En parte, conforma la frontera con el Brasil. Los primeros 7 kilómetros desde el Hito Tamarinero, en la salida de la Laguna Cáceres, son de soberanía compartida entre Bolivia y Brasil; en tanto que los restantes 3,5 kilómetros desde Arroyo Concepción hasta la desembocadura en el río Paraguay, pertenecen a la soberanía del Brasil.

Sin embargo, para acceder al Canal Tamengo se debe sortear una serie de obstáculos a la navegación; primero se tiene que introducir por debajo del paso de agua, un acueducto elevado que se encuentra en territorio brasileño, lo cual lleva a desarmar el tren de barcazas y pasarlas una por una; luego se tiene que evitar un afloramiento denominado Marina Gatas y finalmente, se debe evitar el chocar con la señalización denominada Farolette Baudino. Todas estas operaciones implican un retraso de dos a tres días, además de incrementar los costos de transporte fluvial.

Nuestro país debe buscar consolidarse en la Hidrovía Paraguay - Paraná como un eje articulador del transporte fluvial y multimodal, aprovechando su condición geográfica y, luego, buscar expandirse hacia los puertos del océano Pacífico, buscando sinergias con los países de la Cuenca del Plata, para que vean positivamente nuestra justa petición ante la CIJ. Esta condición de país bisagra puede generar sinergias y externalidades positivas en niveles políticos, económicos y legales de otras potencias, que pueden pesar en el desarrollo del proceso iniciado contra Chile.

Para concluir, y, con fines de reflexión, en la película “Corazón Valiente” el patriota escocés William Wallace tiene una tardía reacción que sólo le permitió contar con el apoyo de los irlandeses, lo cual resultó insuficiente para la batalla de Falkirk, tal vez otro pudo ser el destino de Escocia si se hubiera identificado a los actores internacionales con mayor agilidad.