La noticia de perfil
Cuando pedí a mi colaboradora periodística que buscara en mi viejo baúl unos calzados de fútbol que utilicé en mi lejana juventud, la cholita no pudo evitar una sonrisa al imaginarme jugando al fútbol y tuve que explicarle que esta tarde iríamos al encuentro que jugaría mi viejo club Bolívar con el Lanus de Argentina.
Me sorprendió verla vestida con sus atuendos de fiesta, explicándome que entre los espectadores estaría el presidente vitalicio de Bolivia, señor Evo Morales, rodeado de sus colaboradores más íntimos y su guardia personal que lo protege hasta cuando va al baño.
Opinando con la suavidad necesaria, dije a mi comadritay que era preferible que el Presidente jugara al fútbol cada vez que podía a que practicase otros juegos más violentos como el “cachascan”.
Me sorprendió la cultura futbolística de mi comadre Macacha, pues comenzó por darme la triste noticia del fallecimiento de un gran crack, el famoso “Tutula” Alcócer, a quien ambos habíamos admirado hace varias décadas, recordándome que ella había pertenecido al Club Real Quillacollo, contándole que yo pertenezco al Bolívar desde niño, aunque nunca jugué en sus filas porque me rebautizaron como “el chusu”.
Al enterarse de mi pertenencia al Bolívar, la ocurrente cochalita me dijo: “El presidente Evo dice que es bolivarista”, o sea que los dos son del mismo equipo, a lo que inmediatamente repuse: Yo creo que él se confunde y lo que quiere decir es que él es bolivariano, o sea que pertenece a ese grupo de naciones que se juntaron alrededor del finado Hugo Chávez, quien se creyó un Simón Bolívar de este tiempo, contagiando su delirio a Maduro, a Evo y algunos otros despistados. En resumen: Evo es bolivariano, Macacha, yo y muchos otros somos bolivaristas.
Establecida esa ventaja que le llevamos a Evo, juzgamos su actuar político de acuerdo con nuestros conocimientos futbolísticos y decimos: En la cancha jugamos once contra once y sólo valen los goles marcados por los jugadores, y no valen los goles que pudieran hacer los “pasapelotas”, ni de los hinchas que gritan en las curvas Sur y Norte del Estadium Hernando Siles de La Paz.
Con su clarividencia cochabambina, Macacha me dijo: En la práctica del fútbol el árbitro no pertenece a ninguno de los clubes mientras que en la política electoral del “bolivariano” Evo Morales, él nombra a los árbitros y el Estado les paga magníficos sueldos a todos los miembros del llamado Tribunal Supremo Electoral, lo que movió a decir a mi comadritay: “Evo ya ha ganado las elecciones porque sus goles (léase votos) valen el doble en las planillas de los árbitros ‘bomberos’, como les llamamos los futbolistas”.
Mi comadre se levantó de su asiento y dijo solemnemente: Evo es bolivariano, nosotros somos bolivaristas.
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