Turquía ha vivido en las últimas horas grandes movilizaciones ciudadanas tras la tragedia vivida en la mina de Soma, en el oeste del país, y el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, ha sido increpado en su visita al yacimiento donde se produjo la explosión y donde siguen agolpándose familiares de las víctimas y de los trabajadores atrapados.
El número de muertos por la explosión en la mina de carbón en la provincia occidental de Manisa subió a 274. En el momento de la explosión, registrada la tarde del martes, había 787 mineros dentro y 429 han logrado salir de la excavación. Más de un centenar siguen atrapados y los equipos de rescate trabajan para intentar sacarlos con vida.
Algunos trabajadores de la mina, por su parte, han manifestado a los medios que aún podía haber entre 300 y 400 personas en el lugar y que era poco probable encontrarlos con vida.