Evo en el Salvador

Como de costumbre, ayer por la mañana pregunté a mi pariente espiritual dónde se encontraba nuestro presidente vitalicio Evo Morales, y con la ayuda de una brújula y consultando a uno de nuestros amigos yatiris, ella me dijo: nuestro astronauta hoy se halla en El Salvador, donde asistió a la posesión de mando del nuevo presidente centroamericano.

Siendo proverbial ese espíritu viajero de los cochabambinos, pregunté a mi comadre Macacha si El Salvador albergaba a muchos paisanos suyos, respondiendo la cholita que en el mencionado país hay un centenar de sus paisanos que prestan asistencia técnica no reembolsable en dicho país, especialmente en la fabricación de platos sabrosos y de bebidas turbias parecidas a la chicha.

Fue en ese punto de nuestra charla que mi comadritay cayó en cuenta del motivo por el cual nuestro mandatario había decidido viajar a El Salvador, luego de haber visitado Argelia para asistir a la “trascendental” reunión de los Países No Alineados, no importándole la distancia entre el país africano y el centroamericano.

Mi colaboradora periodística que lo sabe todo me relató con lujo de detalles el programa de actuaciones que cumplió nuestro mandatario nacido en Orinoca (Oruro). En vista del aislamiento en el que yo vivo, escuché con entusiasmo la descripción de las múltiples actividades que Evo desarrolló en El Salvador.

Macacha me contó que Evo asistió a la posesión presidencial de un Presidente que también se llama Salvador, comentando la cochabambina que se encontraron por casualidad un Salvador que presidirá a El Salvador y otro salvador que se llama Evo, que nos está salvando hace ocho años o algo más, y no está pudiendo.

Después de la ceremonia oficial (que nuestro Evo ya la conocía de memoria), el Salvador salvadoreño invitó al salvador boliviano al banquete oficial que los convidados degustaron con avidez y alegría las perdices que no se pudieron salvar del buen tiro de sus cazadores.

Según el relato de la periodista cochabambina, quien no le pierde pisada a Evo vitalicio, vino el plato fuerte ofrecido por el elocuente orureño, quien ofreció una larga conferencia en la Universidad salvadoreña, la cual contó con gran afluencia de público que por vez primera escucharía el discurso de un orador en “la lengua de Evo, quien no explicó si su idioma era la lengua de Evo, o de Eva, o la lengua de Adán”.

Según mi comadritay fue una larga pieza oratoria ya escuchada muchísimas veces en pueblos y ciudades de nuestro país, aunque novedosa en el país centroamericano.

Según Macacha, Evo relató sus hazañas desde que era joven y sus victorias contra el imperialismo norteamericano, que van desde la expulsión del embajador norteamericano, de USAID y la DEA, omitiendo contar a los salvadoreños su dirigencia sindical de los cocaleros en Bolivia y los daños que sufre Bolivia por la expansión de la cocaína.

Mi comadritay me contó que la conferencia de Evo en la capital de El Salvador fue muy aplaudida, aunque ella reforzó su convicción de que la salvación de nuestro país se encuentra muy lejana, por muchas que fueran nuestras elecciones.

Estoy por creer que mi comadre Macacha es muy inteligente porque nació en Cochabamba y bebió de las aguas del Rocha River.