La Empresa Siderúrgica del Mutún (ESM) fue creada por el presidente Carlos Mesa mediante DS 28.150 (17/05/05), modificado después por el DS 28.473 (24/12/05, Eduardo Rodríguez) y nuevamente reformado por la Ley 3.790 (24/11/07, Evo Morales), para la dirección y administración de la exploración, explotación, fundición, comercialización y transporte de los minerales del Mutún, así como suscribir en representación del Estado contratos de riesgo compartido. Tiene autonomía de gestión y depende del Ministerio de Minería y Metalurgia.
Desde el año 2007 se han sucedido 5 Presidentes del Directorio de ESM: Walter Chávez (el único designado por el presidente Evo Morales de una terna aprobada por 2/3 por la Cámara de Diputados, como indica la Ley 3790), Guillermo Dalence, Sergio Alandia, Ricardo Cardona y José Padilla, designados por el Ministro de Minería en forma interina. Los cuatro primeros fueron relevados por diferentes motivos, que incluyen corrupción y mala administración.
Desde que entró en vigor el contrato de riesgo compartido firmado con Jindal Steel Bolivia (JSB), ESM reclamó a JSB el plan de trabajo y de inversiones, presentado recién con muchas deficiencias en julio de 2009. En marzo de 2009 JSB instaló en la zona de trabajo trituradoras, cedazos vibradores y cintas transportadoras para producir concentrados de hierro, utilizando solo mineral de hierro secundario, incumpliendo el contrato que indicaba la explotación de al menos el 70% de hierro primario, lo que no fue observado por JSM.
En marzo de 2010 el Gobierno y JSB acordaron que hasta abril de 2011, ésta debía completar la inversión de 600 millones (M) $us y que el 26 de abril de 2009 (ya no el 24/12/07) era la fecha oficial de la entrada en vigor de los plazos contractuales. Según el Ministerio de Minería, JSB adelantó de cinco a cuatro años su inversión de 1.500 M$us, para que la producción de acero se inicie el 2014. En abril de 2010 y mayo de 2012 la ESM cobró dos boletas de garantía de JSB de 18 M$us cada una, aduciendo incumplimiento de contrato de JSB, que sólo habría invertido 80 M$us, lo que fue rechazado por JSB indicando que el incumplimiento fue de ESM, por la no entrega de tierras requeridas para el proyecto. ESM no entregó la totalidad de las tierras, pero ello no debió ser óbice para que JSB continúe sus trabajos e inversiones. JSB sólo exportó 11.000 toneladas de concentrados de hierro a la planta siderúrgica Acepar en Paraguay en octubre de 2011.
Al no poder atender el Gobierno los volúmenes de gas natural requeridos por JSB, ésta abandonó el proyecto el 16 de julio de 2012. La ruptura del contrato está en un proceso de arbitraje internacional.
Entonces ESM empezó a trabajar la otra mitad del yacimiento no cedida a JSB. Al igual que sus predecesoras estatales Sidersa y Emedo y de JSB, ESM se abocó a producir concentrados de hierro solo de la zona secundaria. No efectuó trabajos de exploración ni de concentración del hierro primario, que es el único que puede soportar una explotación en gran escala. No hubo avances notables en la explotación, aunque sí anuncios como el de su Presidente (julio de 2013) de estar produciendo 5.000 toneladas de concentrados de hierro por día, por lo que en 2014 se exportaría 1,5 millones de toneladas. En otras oportunidades se anunció también exportaciones que no sucedieron. En marzo de 2014 el nuevo presidente José Padilla informó del inicio de la entrega de 25.000 toneladas a la empresa Planesul del Brasil. Desde entonces y hasta ahora nada se exportó. Demasiado ruido para una nuez.
En abril de 2014 Padilla indicó que ESM estaba haciendo un rediseño del proyecto para comprar los hornos dejados por EBX que pueden producir arrabio (materia prima para el acero) utilizando carbón vegetal. Varios analistas se manifestaron contra esta decisión, haciendo notar que uno de los motivos por los que se desechó la licitación de 2005, era para evitar el uso de carbón vegetal y cuidar el medio ambiente, porque como combustible es el mayor productor de CO2 y también para evitar la deforestación de un área grande.
A principios de julio de 2014 la prensa reprodujo las declaraciones de varias autoridades del Ejecutivo, en sentido que en el Mutún se instalará una mini acería con capacidad anual de producción de 150.000 toneladas de acero, con una inversión de 400 M $us. Seguramente se trata de una planta que utilizará carbón vegetal, por lo que la decisión sería incongruente e incrementaría el cambio climático, por la contaminación y la deforestación.
La inversión es exagerada si se considera que con una inversión de 2.100 M $us (5,2 veces más), en la última etapa JSB debía producir anualmente 1,73 M toneladas de acero (11,5 veces más), además de 6 M toneladas de DRI y 10 M toneladas de pellets.
El manejo de ESM debe ser más serio, coherente y profesional. Todas las decisiones deben ser tomadas con base en estudios de factibilidad, que obviamente consideran el aspecto medioambiental.
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