[Alberto Zuazo]

Punto aparte

El privilegio de gozar de la vida en La Paz


Las emociones de vivir y gozar de los encantos topográficos que tiene la ciudad de La Paz se asemejan mucho a las que suscitan los sentimientos filiales. En un día como hoy, en 1809, el protomártir Pedro Domingo Murillo nos planteó, como mandato de vida, la lucha por la Libertad y el progreso.

Entonces, a los paceños y no paceños que tienen el privilegio de gozar de sus bondades climáticas y desarrollo urbano, lo que les atañe es perseverar en su crecimiento económico y social. De ahí que estas líneas están dedicadas a ratificar la necesidad perentoria de que se construya la carretera La Paz-Cochabamba.

La carretera La Paz-Oruro se encuentra cada día más congestionada, lo que determina frecuentes accidentes, con el doloroso saldo de muertos y heridos. La situación no cambiará mayormente con la doble vía, que se construye desde hace tres años y hasta ahora no se la concluye.

El requerimiento imperativo que tiene La Paz es buscar otra opción, para impulsar su desarrollo. Una de estas posibilidades es que se disponga de otra vía para acceder al resto del país. Qué mejor, por tanto, que se comunique directamente con Cochabamba, que es el corazón de Bolivia, en no más de cuatro horas de recorrido.

En estos tiempos, que son de apremio en todos los órdenes de la vida, la carretera La Paz-Cochabamba abrirá las puertas a una región que hasta ahora vive en una especie de ostracismo, dentro de su propia tierra. Don Mario Alfonso Ibáñez M., colega columnista de estas páginas, escribió el 17 de junio que, “Este proyecto de infraestructura caminera es vital para el desarrollo de sub regiones y comunidades originario-campesinas, ubicadas a lo largo de su recorrido desde Mallasa, Lipari, Valencia, Huancarani, Mecapaca, Millucato, Huayñacota, Quime, Sita e Inquisivi, hasta ingresar al departamento de Cochabamba por Sacambaya (provincia Independencia de este Departamento)”.

Ibáñez destacó también que ese espacio territorial cuenta con clima templado, al hallarse situado a 2.400 metros de altura sobre el nivel del mar. Igualmente, anotó que esa extensa región de La Paz no ha sido explorada ni explotada en la magnitud de su excelente capacidad para activar estructuras productivas agrícolas, mineras y pecuarias.

La penosa realidad actual es que sus habitantes sólo subsisten con una economía de consumo, sus formas de trabajo son casi pre históricas, carecen de servicios básicos o son deficientes y, en general, sobrellevan una existencia tan primitiva que conmueve el espíritu cívico.

La solución para resolver estos agudos problemas de atraso humano y postergación de sus enormes perspectivas de crecimiento económico regional, fue iniciativa de los ex prefectos de ambos departamentos, José Luis Paredes y Manfred Reyes Villa, quienes acordaron, con plausible visión y realismo, el inicio de la obra en 2004-2005.

Hubo avances de ambos lados, pero no lograron ejecutar la obra en forma total, porque en ese tiempo las dos prefecturas eran pobres de solemnidad. Aparte, el proyecto demanda un mayor costo. Exige la construcción de casi dos decenas de puentes, algunos de bastante extensión.

Con el cambio de autoridades nacionales y departamentales en 2006, la obra quedó en el olvido o se impuso la política sectaria. Las diferencias actuales con el pasado del país generalmente no toman en cuenta los intereses regionales y nacionales, salvo que sean tiempos electorales, cuando se ofrece “el oro y el moro”.

Sin embargo, cabe relievar que en la gestión de los actuales gobernadores de ambos departamentos, se reparó en la necesidad que existe de contar con la carretera La Paz-Cochabamba. No sólo por el alivio que significará para el tramo vial La Paz-Oruro, sino para acceder a las provincias paceñas de Inquisivi y Loayza, sin dejar de lado que otro tanto sucederá en el Departamento de Cochabamba.

El 6 de mayo último, el gobernador de La Paz, César Cocarico, anunció que al día siguiente, 7 de mayo, se empezaría con los trabajos de apertura del tramo 3, de la ruta entre esta capital y Cochabamba. Fue más explícito aún, dijo que se cubriría 13 kilómetros del trayecto, con la inversión de Bs 44,2 millones y que su ejecución demandará 400 días; aunque tanto tiempo luce excesivo.

La carretera La Paz-Cochabamba ha sido dividida en seis tramos. El uno y dos están habilitados, sin asfalto aún. Con la ejecución del tramo tres, como informó el gobernador paceño, se reiniciará la construcción de la vía a la ciudad del valle. Su costo global, incluido el tendido de 17 puentes, ascenderá a Bs 682,6 millones.

En caso de convertirse este monto en dólares sería de 97 millones, muy inferior a otras inversiones que se realizan actualmente, sin que tengan la trascendencia de construir una carretera de tanta significación social y económica.

Al margen, la carretera La Paz-Cochabamba descongestionará por lo menos en un 30% a 40% el tránsito vehicular hacia Oruro. Empero, por haber surgido algún imprevisto o que el anuncio de Cocarico haya sido simplemente de proselitismo electoral, los trabajos en el tramo 3 no se iniciaron hasta la semana pasada. En la Gobernación de La Paz, pese a realizarse seis llamadas telefónicas a sus distintas dependencias, nadie supo o pudo confirmar el inicio de las obras.

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