La disciplina

Terminaba de dar unas clases particulares a una estudiante, mientras la madre se disponía a cancelarme por mis servicios, la hija, muy rápidamente se alistó para salir, viendo esta actitud su madre le dice: ¡Hijita dónde vas a ir, si son las diez de la noche! Halloween mamá Halloween, la joven agarró su cartera y salió apresurada. Una de las tareas más difíciles de los padres, es la de disciplinar a los hijos. ¿Cómo tener o criar hijos e hijas obedientes?

En la actualidad resulta más difícil, debido a las influencias externas, video juegos, películas de violencia, matanzas, pandillas, internet, novelas y programas televisivos, donde los argumentos y actores demuestran total falta de respeto tanto a los televidentes como a los padres. Estas evidencias, ejercen una influencia de tipo psicológico muy acentuado en la juventud y niñez, por tal razón las manifestaciones de ellos se demuestran en la escuela, el hogar, en la calle, el bus, el grupo, etc. En otra ocasión, una madre permitía que su hijo aproximadamente de diez años, vociferaba y decía: ¡Mamá, me tienes que pagar cinco pesos, por no permitirme seguir jugando en el parque, tu eres…., etc. La madre trataba de calmarlo, sin resultado alguno. Estas actitudes son clásicas de algunas novelas o películas de violencia intrafamiliar.

En este último caso, la madre le mencionó que si quiere ir al parque para jugar, que lo haga con su padre, a lo cual el niño respondió: ¡Mi padre solo me encierra en un cuarto! De esta manera entendemos que uno de las causas de este problema es la separación de los cónyuges y es el precio que deben pagar los padres y más que toda, la madre, porque llegan momen-tos en que la situación es incontrolable y mucho más si hay más hijos.

Concluimos que, el respeto y la discipli-na se lo debe cultivar desde el vientre ma-terno y desde que nace, fijar las reglas de comportamiento, deberes, obligaciones, responsabilidades y también mostrarles sus derechos. No olvidar el mandato divi-no; “Honra a tu padre y a tu madre”. Puede el niño romper un vaso accidentalmente, este hecho no merece castigo ni siquiera una llamada de atención, pero, lo que no se puede ni se debe tolerar es la “insolen-cia”, la falta de respeto y la altanería. La psicología nos enseña, que debemos pri-varle al niño de lo que más le gusta hacer, pueden ser juguetes, ver la televisión u otra acción por un determinado tiempo, sin embargo, el mejor método y que ha dado buenos resultados siempre es el diálogo en el marco del amor y el respeto. No nos cuesta nada mostrarles cuanto los quere-mos y que nuestro sacrificio en el trabajo es por el bienestar de ellos.

Para aquellos hijos que tienen padres separados, mostrarles que el conyugue no es nuestro enemigo, más al contrario los padres separados deben quedar como grandes amigos y el comportamiento debe ser de esa manera. Toda actitud de intole-rancia e insolencia, requiere una severa reflexión, pero haciéndole notar lo mucho que lo queremos y que todo es por su bien, no estamos hablando de torturar al niño y posiblemente los defensores de los dere-chos humanos y algunos padres no esta-rán de acuerdo conmigo, sin embargo el proverbio divino indica: “el cabestro para el asno y la vara para el lomo del necio” o también dice: “instruye al niño en su cami-no y aun cuando fuere viejo no se apartará de ella”. Crear hábitos de respeto, obe-diencia y disciplina, nos permitirá tener hijos con muchas virtudes.

Lic. Samuel Mamani Maquera

DIRECTOR ACADEMICO ESFMTHEA