‘Hércules’, el cine en proyección:

De vuelta a la antigüedad con Brett Ratner



VOLVIENDO A LA ÉPOCA PRECRISTIANA

Para meter al público en la época precristiana de los fabulosos héroes griegos de una manera emocionante y moderna, Brett Ratner decidió ya desde el principio que lo haría al viejo estilo: construyendo épicos platós partiendo de cero. Buscando las instalaciones donde acometer semejante hazaña, la producción viajó hasta los estudios Origio Film Studios en Hungría, donde Hércules llegó a utilizar la totalidad de sus siete estudios así como un enorme plató exterior.

A menudo la sensación era surrealista, al marchar hacia el plató cientos de soldados griegos portando sus escudos, seguidos por guerreros Bessi rapados y tatuados llevando unas terroríficas espadas, y detrás las recuas de caballos tirando de los carros. Para muchos, la sensación era la de ser transportado en una máquina del tiempo.

El plato fuerte de los diseños fue el pueblo de los Bessi en Tracia, que se convierte en el escenario de una batalla feroz. Se planteó un objetivo: hacer que pareciera tan vivo como cualquier localidad del siglo XXI.

En un estudio de Origio Studios, se fabricó otro plató colosal: la ciudadela de Cotys alzándose como un ave fénix, y con un magnífico altar dedicado a la diosa Hera coronando una enorme escalera flanqueada por braseros llameantes. Ahí, la belleza clásica en mármol blanco de Hera contrastaba dramáticamente con la crudeza del resto del plató.

Otro de los platós fuertes fue el plató de la mazmorra, donde Hércules es encadenado y vejado por el rey Eurystheus y Cotys. “Creo que es el más impresionante de todos los platós”, dice el director, “a causa de los patrones que creamos con las piedras, el fuego y el río verde de ácido sulfúrico”.

VESTUARIO Y ARMAS

A medida que los platós iban cobrando vida, también lo hacía el variado vestuario creado por Jany Temime. Sus diseños ponían un marcado acento en el realismo. “Brett insistía en que todo tenía que parecer real y usado. El trabajo de Temime comenzó por el propio Hércules, quien se viste de manera acorde con su reputación. “Repasé la mitología y le puse una cabeza de león, la capa de piel de león y el gran cinturón”, observa la diseñadora.

Dice Johnson sobre su aspecto: “El objetivo era transformarme completamente, un poco más mayor, con el cabello más largo, una barba apelmazada, tatuajes descoloridos y cicatrices por todas partes. Fue un proceso de transformación tremendo, algo que nunca, nunca olvidaré, y que agradecí mucho, aunque fuera una faena tener que estar allí sentado durante 4 horas al día y durante 95 días”.

Cada uno de los mercenarios que siguen a Hércules lleva un armamento que refleja su personalidad y su origen. “Las armas son algo muy personal de cada uno de ellos y se ajustan a la forma en la que lucha cada uno”, explica Temime. “Por ejemplo, Amphiaraus, interpretado por Ian McShane, ha visto su propia muerte, así que lleva la armadura más escueta y ligera porque no piensa que la necesite”.

“Todos esos diseños ayudaban a los actores a hacer su trabajo cada día y a convertirse en esos personajes”, resume Ratner.

 
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