[Harold Olmos]

Registro

La primera baja


Algunos recién parecen enterarse, pero desde hace meses sólo crece la onda gigante de un nuevo tsunami petrolero cuyas dimensiones pueden ser percibidas mejor recordando algunos rasgos y consecuencias del anterior. La disparada de precios de hace 40 años, cuando se triplicaron al fragor de las guerras del Medio Oriente, fue seguida de un colapso, en medio de una feroz competencia entre productores que llevó los precios a una fracción de los que regían hasta poco antes. En su recorrido, el derrumbe contribuyó a la desaparición de la Unión Soviética, económicamente exhausta, con empresas ineficientes y con la carga insoportable de la invasión a Afganistán.

Con el petróleo como su producto principal de exportación, una Rusia financieramente fuerte, con recursos para cubrir las crecientes demandas de su sociedad cansada de la hegemonía comunista, quizá habría resistido un poco más. Pero la tormenta era demasiado fuerte, incluso para un imperio como el soviético, donde nunca se ponía el sol. En pocos años estaba desmembrado. Todos sus satélites recuperaron la independencia y su autonomía y se apartaron del imperio cuando Yeltsin arrió la bandera roja y levantó en el Kremlin la celeste-blanca de Rusia hasta antes de la revolución bolchevique.

El petróleo venezolano llegó a ser cotizado hasta en seis dólares el barril. Venezuela podría haberse dado por feliz, pues en otras latitudes el precio bajó hasta dos dólares. A mediados del año que ha acabado, nadie, ni en pesadillas, habría soñado con que el precio del petróleo llegaría a los niveles a los que de esta semana, peor aún a los niveles de algunos vaticinios pesimistas. La banda de 50-60 dólares es dolorosamente insoportable para algunos países. Imagínense lo que sería en niveles de 40-50 que ya empiezan a manifestarse. Para Bolivia, el desequilibrio de estos días puede costarle más de 1.000 millones de dólares si se mantienen así a lo largo de un año: entre el 3% y 4% del Producto Interno Bruto (todo lo generado por la economía en un año). En otras palabras, el crecimiento de la economía podría aproximarse a cero en 2015.

La economía de la patria de Bolívar ya daba tumbos cuando los precios empezaron a precipitarse. Es irreal creer que Cuba, en cuyo socorro acudió el fallecido presidente Hugo Chávez tras el infarto fatal de la ahora ex URSS, no percibió que podría extinguirse pronto el apoyo venezolano expresado en unos 100.000 barriles diarios de petróleo a precios subvencionados y ocupación para decenas de miles de profesionales. Perderlo sería tanto o más grave que lo que fue la extinción de la ayuda soviética. Muchos creen que un cálculo frío llevó a la cúpula cubana a buscar neutralizar otros frentes, en la medida de lo posible y conveniente, y avanzó hacia la reconciliación.

El factor petróleo que sofoca financieramente a Venezuela es crítico para explicar el rumbo reconciliador cubano-estadounidense. El deshielo se yergue como la mayor baja política del segundo tsunami petrolero en medio siglo. Gorbachov no imaginaba que la crisis petrolera de los años de 1980 que encogió sus ingresos por exportaciones acabaría con la URSS, durante décadas la estrella de los que navegaban por la izquierda. En estos momentos pocos se imaginan y muchos se resisten a creer que el tsunami les pueda llegar y que sus consecuencias ya amenazan con ser devastadoras.

Es interesante y también sorprendente ver que la crisis en curso repite a la anterior al afectar notablemente las finanzas rusas con el agravante de diezmar el valor del rublo en momentos en que los aprietos económicos empeoran con las sanciones provocadas por la intervención en Ucrania, para muchos equivalente a la que atascó a los soviéticos en Afganistán.

La escalada de precios de hace cuatro décadas, creó entre algunos exportadores una sensación de bonanza sin fin y dio lugar a un endeudamiento desproporcionado. Fue el caso de México, cuyas finanzas quebraron en septiembre de 1982, y de Venezuela, meses después, en febrero de 1983. Recuerdo que Luis Herrera Campins, el presidente venezolano de esa época, aseguraba que “Venezuela no es México” y que para el país era preferible endeudarse que pagar al contado porque el petróleo, su mercancía primordial, iba siendo cada vez más cara. La afirmación fue desmentida en poco tiempo.

Bolivia iba a ingresar al remolino vertiginoso de la deuda externa e inflación un par de años después, con el vendaval que vino: renuncia prematura de Hernán Siles Zuazo, la llegada de Víctor Paz Estenssoro y su decreto estabilizador 21.060, que rige aún ahora los destinos económicos del país.

http://haroldolmos.wordpress.com

TITULARES

Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender
la libertad y la justicia.
Reinició sus ediciones el primero de septiembre de 1971.

EL DIARIO
Decano de la Prensa Nacional
Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa y la Asociación Nacional de Prensa.

Dirección:

Antonio Carrasco Guzmán
Presidente del Consejo de Administración

Jorge Carrasco Guzmán
Gerente General

Rodrigo Ticona Espinoza
Jefe de Redacción

"La prensa hace luz en las tinieblas
y todo cuanto existe de progreso en el mundo
se debe a su inagotable labor"...

JOSÉ CARRASCO


Publicidad
Portada de HOY

JPG (782 Kb)      |       PDF (243 Kb)



Caricatura


Sociales

RECEPCIÓN EN LA RESIDENCIA BRITÁNICA

Claudia Denny, Carola Lara, Francesco Zaratti, Henry Oporto, Aurore Lundkvist, Lucrecia De Urioste y José Escóbar.