Imaginario popular de la felicidad

Según Doris Butrón, citada en el calendario Festivo, Folklórico, Ritual y Cívico del municipio de La Paz, los indígenas participaban de la feria a través de “Â…trabajos en miniatura y otras manifestaciones como una moneda convencional para adquirir las miniaturas, las rifas, los juegos y los periodiquitos”, costumbre que hasta la fecha continúa sin muchas variaciones en la ciudad de La Paz y en otras ciudades. “Una cultura fuerte es aquella que se expande y crece”, decía en 1994, el malogrado escritor cochabambino, Hugo Boero Rojo.

CULTO

La fiesta de la Alasita es un culto al Ekeko, a quien le ofrecen ritos y sahumerios. Mucha gente se dirige el 24 de enero a la feria de la Alasita para comprar lo que quiere obtener en la vida, pueden ser cosas materiales o abstractas, como los terrenos, casas, autos, tiendas, amor, títulos profesionales, entre otros aspectos. Hay pequeños habitáculos donde una pareja puede contraer “matrimonio”, los casamenteros se llevan el contrato y la libreta de familia, todo en un ambiente de solemnidad.

PATRIMONIO

Gracias al trabajo que realizan miles de artesanos, la Alasita es hoy una expresión cultural viva que pervive y se extiende por todas las ciudades y poblados del altiplano y los Valles. Precisamente por su valor simbólico y cultural, en 1994, el Ekeko y la Alasita fueron declarados Patrimonio Cultural de la ciudad de La Paz.