¡Retorno a clases!

Señor Director:

En estos días se observa la preocupación de los padres de familia por los estudios de sus hijos. ¡Otra vez a clases!, expresan con alegría y entusiasmo algunos de ellos, mientras muchos otros muestran fatiga por las inscripciones, por la búsqueda de útiles escolares, libros, uniformes, información sobre horarios, etc. Estudiantes, profesores y padres de familia son protagonistas de esta experiencia educativa.

Un año escolar que empieza es motivo de esperanzas y fe en la vida. Los estudios generan en los educandos, urbanos y rurales, actitudes tendentes a la integración de pueblos, con solidaridad y compañerismo. En nuestra Patria centenares de niños, jóvenes y adultos con ansias de saber están henchidos de fervor cívico, con el lema Dios, Patria y Hogar. Tienen la convicción de ser útiles a sus familias y a la sociedad. Cada niño que sonríe manifiesta la ternura y el calor divino del creador.

Bolivia necesita educadores de corazón, gente que del dolor haya sabido arrancar flores de bondad y de bien, maestros que faciliten el proceso de enseñanza y aprendizaje de los educandos, que los incentiven para que participen en su propio aprendizaje, según su ritmo. Los profesores, con la vocación que tengan, que fomenten el trabajo cooperativo en clases, favoreciendo el intercambio de ideas con una sana crítica y autocrítica, innovando constantemente estrategias pedagógicas.

Educar es cosa del corazón cuando se utiliza la pedagogía de la ternura.

La Patria también necesita docentes capacitados en materias como Religión, Ética y Moral, que ofrezcan el oro de su alma y el pan de su saber a los alumnos del área rural y de las ciudades. Necesitamos maestros eficientes, responsables, que sepan luchar por sus ideales, que de acuerdo con los postulados de la Ley educativa propicien cambios para el bienestar de la Nación. Bajo el amparo de Dios, de la Santa Madre, nos acogemos y que sea de éxito el presente año lectivo.

Sin otro motivo y agradeciéndole de antemano por su gentil atención, me despido de usted con las consideraciones más distinguidas.

Atentamente,

David Espejo

O.F.S.