Cómo recuperar la fuerza y el vigor, anulando las expresiones desalentadoras de nuestro lenguaje personal

Después de haber pasado por un proceso gripal muy fuerte, me estaba siendo difícil reiniciar la escritura de estos artículos de inteligencia emocional y como me sentía sin ganas, procedí a preguntarme cuál es la creencia que está sustentando mi estado de ánimo en el cual no tengo ganas de escribir y la respuesta que salió de mi subconsciente fue la siguiente:”no tengo ganas de escribir” y tomé la decisión de neutralizar esa creencia con la repetición verbal de una creencia opuesta que decía: “sí tengo ganas de escribir” y me puse a repetir en voz alta las dos creencias:

“no tengo ganas de escribir; sí tengo ganas de escribir” y la fuerza negativa que me mantenía sin ganas se fue desvaneciendo y aquí estamos usted y yo leyendo y experimentando este artículo y esta herramienta de poder personal que hará que su vida, valiosa por cierto, pueda ser experimentada con poder, con dignidad, con positividad y con la alegría de aprender conocimientos que nos permitan disminuir los dolores, las sensaciones de estrés, las sensaciones provenientes de las actitudes negativas y conseguir un modo voluntario y consciente de disminuir dichos sufrimientos y conseguir mejores estados de positividad.

Para las personas que siempre andan cansadas va esta idea magnífica: repita en voz alta la expresión negativa junto con la afirmación positiva hasta que se fundan y se conviertan en una tercera expresión que genere otro estado corporal y otro estado mental, vamos directamente a las palabras que debe repetir:”siempre estoy cansado; estoy lleno de vigor, de vitalidad y de entusiasmo”.

Es preciso leer los dos pensamientos opuestos hasta poder memorizarlos y el efecto se producirá cuando la memorización se haya producido.

Puede usted, a modo de ejercicio, revisar todas sus expresiones negativas y desalentadoras y en el momento en que las piense, proceder a pensar en la expresión opuesta y proceder a repetir las dos expresiones opuestas como si fueran una sola y el efecto de neutralización de los efectos negativos se irá produciendo.

Si consigue crearse el hábito de revisar mentalmente todas sus expresiones habituales y descubrir sus expresiones negativas y desalentadoras y una vez descubiertas esas expresiones procede a crear su expresión opuesta y una vez fundidas las dos expresiones procede a repetirlas unos cuantos minutos, de esa manera, sus momentos de improductividad, de negatividad o de debilidad corporal irán disminuyendo hasta niveles placenteros, muy placenteros y hasta me atrevería a decir, tremendamente placenteros, por la belleza de los resultados o logros que se obtienen; nos vemos en el artículo de mañana.

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