Nuevos vocales para el TSE “A otro perro con ese hueso”

Con una sonrisa en los labios (de oreja a oreja), hemos leído los requisitos que deberán cumplir los nuevos postulantes a los cargos de vocalías del tribunal que controlará futuros acontecimientos electorales.

Dichos requisitos son tan rígidos y estrictos que uno se imagina que en nuestro país las leyes se cumplen al pie de la letra y con una imparcialidad lindante en la perfección.

Llama la atención el hecho, por todo lo visto y oído en anteriores y recientes elecciones, donde las exigencias para ocupar esas vocalías también tenían las mismas características (profesionales sin militancia ni parentescos, etc.).

Se aproximaron y se desarrollaron los comicios y fue entonces que la opinión pública se enteró de las “inclinaciones”, militancia y maniobras de varios de estos funcionarios, escándalos denunciados públicamente en todos los medios de comunicación. Pero, para entonces, el o los hechos ya estaban consumados para beneficio de unos y perjuicio de otros (casos de Chuquisaca y Beni, por ejemplo).

¿OPTIMISMO?

La psicología aconseja ver los acontecimientos con mucho optimismo y no con visiones agoreras; pero, por todos los casos que hemos podido sopesar, especialmente en la última elección, ahora creció la incertidumbre, la duda y la falta de credibilidad en nuestras instituciones.

Y todo ello es de muy fácil deducción porque el futuro tribunal (¡uf!) tendrá nomás que someterse a las órdenes de los poderes del Estado (empleador).

REFRANES

Todo lo mencionado, sirva para recordar a don Miguel de Cervantes cuando escribió eso de “a otro perro con ese hueso”; o también mencionar los conocidos refranes: “mucho brinco cuando el suelo está parejo” o finalmente el famoso “donde manda capitán no manda marinero”.

Y nosotros, desde esta columna, rememoremos a Cicerón, cuando expresó en el senado romano: “¿Hasta cuándo, Catilina, abusarás de nuestra paciencia?”.