Embajador Luis Benjamín Chimoy Arteaga

Perú no intervendrá en juicio de La Haya, si no le corresponde

El diplomático dijo que su país se solidariza con Bolivia por el enclaustramiento al que fue sometido tras la Guerra del Pacífico


EL EMBAJADOR DE PERÚ EN BOLIVIA, LUIS BENJAMIN CHIMOY ARTEAGA, EN REUNIÓN CON EL PRESIDENTE EVO MORALES CUANDO PRESENTÓ SUS CARTAS CREDENCIALES. FUE A PRINCIPIOS DE ESTE AÑO EN PALACIO QUEMADO.

Considerando el Protocolo Adicional de 1929 suscrito entre Perú y Chile y tomando en cuenta la demanda marítima que puso Bolivia contra Chile ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya como un ‘tema bilateral’, Perú no intervendrá en el juicio si es que no le corresponde hacerlo, afirmó a EL DIARIO el embajador de Perú en Bolivia, Luis Benjamín Chimoy Arteaga.

El diplomático dijo que su país se solidariza con Bolivia por el enclaustramiento al que fue sometido tras la Guerra del Pacífico. Este respaldo se hizo oficial en junio de este año tras el Primer Gabinete Binacional y la suscripción de la Declaración de la Isla de Esteves en Perú.

“En la Corte Internacional de Justicia se está viendo un asunto bilateral. El Perú no intervendrá hasta que no le corresponda intervenir si es que se da esa situación, en función del convenio adicional de 1929”, afirmó el representante del gobierno de Ollanta Humala cuando EL DIARIO le consultó si Perú intervendrá en el proceso de la demanda marítima –que ya fue aceptado por los jueces de la CIJ– tomando en cuenta el Protocolo Adicional de 1929.

TRATADO DE LIMA DE 1929

Para comprender este protocolo entre Chile y Perú, primero se debe mencionar el Tratado de Lima de 1929. Es un acuerdo dado el 3 de junio de ese año en la ciudad de Lima entre Chile y Perú, el mismo que puso fin a la controversia por la soberanía de las provincias de Tacna y Arica.

Según este Tratado, la provincia de Tacna se reincorporaba al Perú, en tanto que la de Arica quedaba en poder de Chile, comprometiéndose este último a pagar al Perú una indemnización de seis millones de dólares estadounidenses.

Entre sus partes sobresalientes, fija además la Línea de la Concordia –situado a diez kilómetros del ferrocarril Arica La Paz– como el límite fronterizo terrestre entre ambos países. Al gobierno de Bolivia de ese entonces no se le consultó nada.

PROTOCOLO COMPLEMENTARIO

A este Tratado, los gobiernos de Chile y del Perú acordaron suscribir un Protocolo Complementario. Sus respectivos representantes, debidamente autorizados, convinieron al efecto en el siguiente artículo que se transcribe textualmente:

“Artículo primero. Los gobiernos de Chile y del Perú no podrán, sin previo acuerdo entre ellos, ceder a una tercera potencia la totalidad o parte de los territorios que, en conformidad al Tratado de 1929, quedan bajo sus respectivas soberanías. No podrán tampoco, sin ese requisito, construir nuevas líneas férreas internacionales”.

BOLIVIA LA “TERCERA POTENCIA”

Al establecer la prohibición de transferencia a un tercer país o “potencia”, Perú obtuvo un derecho a veto sobre la eventual salida al mar por Arica. Esta ha sido una vieja aspiración boliviana, vista muchas veces con simpatía por Chile. Este veto es el que dificultó todas las negociaciones boliviano-chilenas. El caso más visible es el de los preacuerdos al que llegaron los dos países en 1975, en la localidad boliviana de Charaña, más conocido como “Abrazo de Charaña”, cuando gobernaban Hugo Banzer (Bolivia) y Augusto Pinochet (Chile), ambos gobiernos de facto.

Es decir, que toda negociación que en el próximo futuro sea emprendida entre Bolivia y Chile, siempre estará presidida por la reserva peruana a una salida boliviana al mar por el puerto de Arica.

A lo largo de estos años, Perú mantuvo inalterable su oposición a que se utilice este antiguo territorio suyo o sus inmediaciones en favor de Bolivia. La prueba más reciente se dio durante la gestión de Carlos Mesa, quien intentó reivindicar este derecho para el país.

VISTO BUENO DEL PERÚ

En mayo de este año, el expresidente de Chile, Ricardo Lagos, en una entrevista concedida al diario paraguayo ABC Color, sacó a luz el Protocolo Adicional de 1929 al afirmar que “en este tema del reclamo de Bolivia se requiere el visto bueno del Perú”.

Lagos recordaba que la decisión de darle soberanía a Bolivia también depende de Perú: “Porque el Tratado de 1929 entre Chile y Perú fue un tratado para resolver lo que quedó pendiente de la guerra. Al final, la solución que se encontró es que Tacna sea para Perú y Arica para Chile. Pero esto es al lado del mar. El límite para adentro se estableció lo que se llamó ‘Límite de la Concordia’, que corre 10 kilómetros al norte del ferrocarril de Arica a La Paz (Bolivia). Es lo que hay. Chile no se puede partir en dos. ¿Cómo hacer un corredor que pase por la mitad de Chile? ¿Nos partimos en dos? La única forma de darle una salida con soberanía, como pide Bolivia, es pegada a Perú”.

TEMA BILATERAL

El 24 de junio de este año, el expresidente y agente marítimo, Carlos Mesa, sin citar el Protocolo Adicional de 1929, afirmó que la solidaridad del gobierno del Perú es importante pero que el mismo no vulnera el manejo de un tema bilateral entre Bolivia y Chile.

“La solidaridad y comprensión por nuestra mediterraneidad por parte del Perú no está vinculada a lo que está haciendo Bolivia en la Corte Internacional de Justicia. Perú no es un país involucrado en el tema”, sostuvo Mesa en declaraciones a EL DIARIO.

 
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