Día de la eliminación de la violencia contra la mujer

Este día internacional que se reseña es superlativamente significativo por el lacerante incremento de la violencia de género y específicamente de los feminicidios, que aceleran su ominosa estadística que conculca a la sociedad a aspirar a una convivencia igualitaria y la eliminación definitiva de toda forma de violencia contra la mujer y desterrando al nefasto machismo.

La mujer en sus demandas tiene muchos enemigos, hombres y mujeres y su número es legión, actuando todos silenciosamente. Así, la mujer tiene enemigos por insensatez; son aquellos que no entienden la pertinencia de sus demandas, sin comprender, utilizando la violencia, que la igualdad de derechos y oportunidades es lo más sensato, justo y equilibrado para la paz social. Censuran a la mujer por su inconformismo y por rebelarse al impuesto rol sumiso en el hogar y la dependencia del hombre; suficiente y válido argumento para utilizar la violencia física y la psíquica, ante la ausencia de razones. Solo puede haber paz cuando existe un pensamiento racional capaz de criticarse y esforzarse para asumir la igualdad en su espíritu y soterrar al empleo de la violencia y no tratar de justificar lo injustificable.

¿Cómo puede el torbellino de la irracionalidad cercenar la vida de innumerables niñas, adolescentes, mujeres adultas y madres?, la afloración desbocada de los celos mutila y priva de la vida al ser más importante de la creación, por maquinación y desenfreno de hombres proclives a la violencia y a la pasión descontrolada, solo porque la mujer se destaca y dirige sus propias ambiciones, que el agresor no perdona.

¿Qué hombre no se sentiría en el séptimo cielo del orgullo teniendo a su lado a una mujer que se destaca en su profesión u oficio y es intelectualmente superior a él?, el hombre racional crecería simultáneamente con ella.

Justísimos son los objetivos de las mujeres pregonando y actuando por la equidad en el mundo, tendiendo el puente natural y libre de la creatividad que aleja el insólito celo entre los sexos.

Las mujeres consecuentes ante lo proclamado por Jesús, en cuanto a la liberación de toda segregación hacia la mujer, toman el rumbo que revaloriza su independencia y creatividad, y lo van consiguiendo, aunque queda mucho por andar, pues sigue zahiriendo a la humanidad la reincidencia de los agresores adaptados a la violencia permanente.

Sería injusto empecer la intención de los Estados con la promulgación y existencia de leyes modernas, actualizadas, que contengan la diversa tipología de los ilícitos de violencia de género, empero, deja mucho que desear a la población la negligente aplicación de ellas, que se impone sea sin consideración alguna a jerarquías protectoras ni fueros de los agresores, actitud que genera corrupción en la justicia, además de un procedimiento sumarísimo para sentar precedentes.

El autor es Abogado Corporativo, postgrado en Arbitraje y Conciliación, Catedrático.