12 de Abril

Niños y niñas piden atención en salud y respeto a su integridad

• La pobreza de los padres o el abandono les obliga a trabajar desde edad temprana


LOS NIÑOS NECESITAN SER PROTEGIDOS POR TODA LA SOCIEDAD.

En el Día del Niño boliviano, niños y niñas de la ciudad de La Paz, en diálogos con EL DIARIO, pidieron frenar la violencia, además de prestar atención a la salud en beneficio de aquellos menores cuyos padres no cuenten con un seguro médico.

En esta fecha, corresponde anotar que el trabajo infantil en nuestro país sigue siendo un problema social difícil de manejar. En una de sus aristas, afecta al desarrollo físico y mental de los niños, niñas y adolescentes. Pues, muchos de ellos tienen la necesidad de trabajar a su corta edad, dejando de lado su infancia o adolescencia.

HISTORIAS

Marta Chuquimia tiene 11 años y vende dulce de forma ambulante en la calle Comercio de la ciudad de La Paz. Al ser abordada, afirmó que trabaja desde sus siete años, porque su madre sufre de problemas renales y no puede trabajar.

“Tengo cuatro hermanos, todos trabajamos; el Jimy trabaja en seguridad y él nos cuida, mis otros dos hermanos venden dulces como yo, pero a veces la gente es mala y nos riñe. Yo no puedo estudiar, porque debo ayudar a mi mamá; cuando sea grande, quiero ser doctora y sanarle a ella (su mamá)”, dijo.

A su corta edad, aseguró que si tuviera oportunidad de hablar con las autoridades de Gobierno, les pediría respeto y apoyo para que no se continúen vulnerando sus derechos.

“Siento mucha rabia cuando la gente nos trata mal y quisiera que el Presidente nos ayude, él debe pensar en nosotros los niños y ayudarnos con trabajo”, concluyó.

NECESIDAD MÉDICA

Lustrando calzados en la plaza Murillo, Ricky Ichuta, que a su corta edad (9 años) y su poco castellano, pedía lustrar los calzados de los transeúntes. Con los ojos rojos por una conjuntivitis, contó que es huérfano y debe trabajar para ayudar a su hermana menor de siete años.

“Vivimos con mis tíos, en Pasankeri, porque mis papás no sabemos dónde están. Trabajo desde el año pasado para comer y alimentar a mi hermana; tengo que ayudarle a mi tía, ella me pide todos los días, y ahora estoy enfermo pero igual nomás sigo trabajando”, relató.

Ricky pidió un seguro de salud para los niños que no pueden acceder a un servicio médico. “Me gustaría tener un médico, que me atienda hasta que yo sea un poco más grande, porque ahora, por ejemplo, no puedo acceder al hospital porque no tengo recursos y mi hermanita tampoco”, manifestó.

DEFENSOR DEL PUEBLO

La Defensoría del Pueblo el año pasado presentó un informe relevante sobre niñez y adolescencia. Refiere que existen varias políticas de Estado que se orientan a proteger a los menores: el Seguro Universal Materno Infantil, Ley de Vacunas, Bonos Juana Azurduy de Padilla y Juancito Pinto, Plan Estratégico Nacional para Mejorar la Salud Materna, Perinatal y Neonatal en Bolivia; Programa Desnutrición Cero y la Ley de Fomento a la Lactancia, todas ellas orientadas a mejorar la salud materna y de niños, niñas y adolescentes.

Pese a estos datos y esfuerzos, según el “Estudio global pobreza y disparidades en la infancia”, de Unicef, de cada diez niños, niñas y adolescentes, seis pueden ser considerados pobres desde el punto de vista multidimensional, por las privaciones en que viven.

VIOLENCIA INTERMINABLE

En cuanto a violencia, el informe señala que es interminable, en cuanto a “la afectación de los derechos a la integridad física, sicológica y sexual de los niños, niñas y adolescentes”.

Las cifras revelan que el 83% de las niñas, niños y adolescentes sufren violencia en sus propios hogares o escuelas, a través de la práctica del castigo físico, mediante golpes e insultos de sus propios padres, madres, maestros e incluso de su entorno familiar.

1.2 millones de niños, niñas o adolescentes alguna vez han sido castigados físicamente. Hay más de 20 mil niños, niñas y adolescentes que viven en centros de acogida; el 75% tiene familias. Más de 1.400 viven en cárceles acompañando a sus padres; todos ellos en grave riesgo de sufrir violencia y explotación de todo tipo. Cerca de 10.000 se encuentran viviendo en la calle, principalmente en Santa Cruz, La Paz y Cochabamba, mientras otros miles son víctimas de la violencia sexual comercial, la trata y el tráfico de personas.

Una de las formas más crueles y más frecuentes de violencia contra las niñas y los niños en Bolivia es la violencia sexual. De acuerdo a datos de la Misión Justicia en Bolivia, cada día 16 niñas o niños sufren vejámenes sexuales, sólo en cinco casos estas agresiones se denuncian.

 
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