El presidente Evo Morales no es buen pater familias

No se trata de una alusión a la disposición familiar del presidente Evo Morales, sino a su actitud en relación con el tratamiento que otorga a la economía boliviana en lo que se refiere al Artículo 306 de la Constitución Política del Estado acerca de la “economía plural”.

En efecto, el mandatario no sería consecuente con los artículos 136, 137 y siguientes de la CPE, referidos a la estructura y organización económica del Estado, Constitución que él mismo auspició y que, con su puño y letra, promulgó luego de su aprobación en referéndum, también realizado bajo su iniciativa y que juró cumplir y hacer cumplir en las varias veces en que ascendió a la primera magistratura del país.

El Artículo 306 de la Constitución establece: “El modelo económico boliviano es plural y está orientado a mejorar la calidad de vida… etc.”. En párrafo seguido define: “La economía plural está constituida por las formas de organización económica comunitaria, estatal, privada y social cooperativa”. En forma más concreta, la economía plural consiste en la existencia y coexistencia de cuatro sistemas: comunitario, “socialista” estatal, capitalista y cooperativo.

Con más precisión el Art. 308 señala: “El Estado reconocerá, respetará, protegerá y promoverá la organización económica comunitaria”. Enseguida, ese artículo establece: “El Estado reconoce, respeta y protege la iniciativa privada para que contribuya… etc.”. Enseguida el Art. 309 garantiza “la forma de organización económica estatal” y el Art. 310 dispone: “El Estado reconoce y protege a las cooperativas…”.

Así mismo, el Art. 311 garantiza el conjunto de sistemas que conforman la economía plural y dice: “Todas las formas de organización económica establecidas en esta Constitución gozarán de igualdad jurídica ante la ley”, normas respaldadas con detalle en los siguientes incisos.

Ahora bien, el presidente Evo Morales en esa forma se constituye en pater familias, pero el concepto no solo comprende el estrecho marco de un núcleo familiar, sino se extiende al ámbito nacional, a toda la sociedad, sus bienes y formas de vida. Así, es el prototipo de la persona diligente en lo jurídico y asume la responsabilidad de todos sus miembros. En este orden, el pater familias tiene relación con la economía plural y sus cuatro sistemas y en una analogía equivaldría a que el Presidente tendría cuatro hijos a quienes debe equidad, respeto en su tratamiento, está obligado a evitar cualquier discriminación u odio, a protegerlos por encima de cualquier peligro y, ante todo, cuidar por su existencia y en ningún caso atentar contra la vida y menos proclamar la desaparición de alguno de ellos. La misma Constitución señala en el Art. 311: “Todas las formas de organización económica establecidas en esta Constitución gozarán de igualdad jurídica ante la ley”.

Pero Evo Morales se aparta de esos preceptos constitucionales y, en actitud discriminatoria, ataca y hasta proclama dar muerte a uno de los cuatro “hijos”, el sistema capitalista, comprendido dentro de la economía plural y se parcializa a favor de los otros tres “hijos”.

Comete ese error con el agravante de que el capitalismo que él mismo instituyó y juró reconocer, respetar, proteger, cumplir y hacer cumplir (Art. 172), atenta contra la vida y discrimina al “hijo”, que es el principal sostén de la familia, de la economía, de los otros sistemas económicos y el mismo Estado.

El presidente Morales Aima acomete a diario, lanza en ristre, contra los principios establecidos en la CPE y, en forma específica, soslaya las normas comprendidas en la economía plural, no toma en cuenta que “El Estado tiene como máximo valor al ser humano” (Art. 306) y menos el principio establecido en el Art. 311 que garantiza que todos los sistemas económicos gozan “de igualdad jurídica ante la ley”.

Como ciudadano individual, Evo Morales tiene el derecho de atacar o defender a quien desee, pero al ser jefe del Estado dejó automática y totalmente de actuar como persona aislada y solo representa a todo el país. Es más, si deseara opinar en sentido contrario a la Constitución y las leyes, lo que debiera hacer es dejar el cargo, despojarse del título de Presidente y recién opinar como le manda su voluntarismo, su libre albedrío. Nadie se lo negará. Pero desde el mando del Estado lo único que le corresponde es respetar la Constitución al pie de la letra y no comportarse como mal pater familias.