Recuerdos, emociones, pensamientos y sentimientos



Eran dos chicas, una se llamaba Mayory y la otra María, el destino tenía un plan para las dos. Cuando tenían 9 años se conocieron de vista en la escuelita del barrio, apenas cruzaron algunas palabras.

Al año siguiente, Mayory se fue de la escuelita, pero, por azares del destino se volvieron a encontrar en el 6to curso y en otro colegio, pero en distintos paralelos. Desde un principio los cursos eran rivales, porque les llenaba de rabia como los profesores los comparaban y todo era competencia, lo cual hizo que fuera inevitable que a causa de sus cursos Mayory y María no se hablarán bien. Las peleas entre cursos era algo permanente, hasta que al año siguiente, en el momento de las inscripciones mezclaron a todos los estudiantes y a María y Mayory les tocó estar juntas en el mismo curso.

En un principio todo era raro, se formaban grupitos de amigos entre los que estaban en los cursos del año pasado. María en ese entonces tenía una compañera que le hacía bullyng, y llegó a tal grado, que María un día empezó a llorar, esto se repitió un par de veces más hasta que Mayory decide ayudar a María, porque le parecía injusto lo que le hacían, así fue, la ayudó, la defendía de los maltratos y este hecho, hizo que María y Mayory se hablarán, asi, empezaron a sentarse juntas y cada vez se volvieron más amigas.

Llegó un día cuando María fue a jugar a casa de Mayory, vieron películas, jugaron y de repente, María observa una foto de su amiga, cuando era pequeña junto a su madre. Mayory relata lo que había pasado con su mamá. Mi mamá ya no está conmigo, dijo, no sé donde se encuentra, se fue cuando yo era pequeña y mi padre está en la cárcel por ser sospechoso de la muerte de mi madre, desde entonces, vivo con mi abuelo y mi tía, pero para mí el abuelito que tengo lo consideró como mi padre.

Era la primera vez que Mayory, le había con-tado parte de su vida, María, algo conmovida, le confiesa diciendo: “yo tampoco tengo madre ella falleció de igual manera cuando era pequeña de una enfermedad y sobre mi padre no llegué a conocerlo, es desde entonces que vivo con mis tíos y abuela”. Ese momento, las emociones invadieron sus mentes y pensamientos, y al unísono, se pusieron a llorar, comprendiendo que tenían muchas cosas en común.

Ambas habían perdido a sus seres queridos y habían sufrido un dolor profundo, que se guardaron en el rincón de los recuerdos. Pensar que ellas en los pasados años, no se llevaban bien, es más, siendo rivales por pequeñas diferencias, ahora esas diferencias se volvieron insignificantes al ver que casi todo lo tenían en común. Era impresionante, se observaba una complementariedad única. Desde entonces volvieron a ser como hermanas.

Lección aprendida: No dejarse llevar por las malas influencias y sentimientos ajenos como la envidia, el egoísmo y la rivalidad. Cultivar pensamientos y sentimientos socio comunita-rios de solidaridad, cooperación, diálogo y ser capaces de satisfacer las necesidades emo-cionales y materiales del otro.

Marcela Tania Medrano Quispe

Artes Plásticas ESFMTHEA

 
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