Culturas diferentes, un flagelo globalizado: trata y tráfico de menores

El Cairo.-Tenía planeado escribir sobre un tema totalmente diferente, sin embargo una nota del mes de abril de este año, del diario español digital “El Confidencial” sobre los menores explotados de Bolivia, me llamó la atención ya que inspira a cuestionarse si como sociedad estamos dando a este asunto la atención que merece.

El autor de la misma, Aitor Sáez, que de forma encubierta tuvo acceso a uno de los 20 burdeles ubicados en la calle 12 de octubre, de la ciudad de El Alto, donde existen niñas y adolescentes (el promedio de edad es de 14 años y medio, de acuerdo con la fundación Munasim Kullaquita,) que son prostituidas por 6 Euros, 50 Bs. por 15 minutos), las cuales generalmente son forzadas a prostituirse por necesidad de dinero o por ser víctimas de trata y tráfico.

También da cuenta de aquellas adolescentes que son prostituidas y tienen como proxenetas a mujeres inescrupulosas que se hacen denominar “tías”. Relata también cómo una de esas adolescentes de tan solo 13 años de edad fue diagnosticada con VIH (explotada sexualmente desde sus 11 años) y continúa “trabajando” en esa actividad en las noches.

De acuerdo con el mismo reportaje, Bolivia sería el cuarto país en el mundo con mayor cantidad de desapariciones, indicando que en el año 2014 hubo 2.273 denuncias, de acuerdo con la Fiscalía General del Estado. Esta situación, de ser cierta, es totalmente perturbadora, e implicaría que nuestro país cada año que pasa se convierte en un lugar bastante inseguro para vivir, en especial para la niñez.

La trata y tráfico de menores es un flagelo globalizado, presente inclusive en las sociedades más religiosas y conservadoras, como los países musulmanes, donde existen duras penas privativas de libertad para estos delitos (por ejemplo la prostitución está prohibida en la mayoría de los países musulmanes).

Sin embargo cabe mencionar que una de las formas en las que se presenta el tráfico humano con fines de trabajo forzado o prostitución en Egipto (mencionado en el Reporte Anual de Tráfico Humano del Departamento de Estado de Estados Unidos de América del 2015), es la existencia de una rara figura legal, consistente en contratos de matrimonio temporales (de semanas o meses), que son utilizados en especial por hombres ricos de otros países árabes, que contraen matrimonio con adolescentes o mujeres muy jóvenes de escasos recursos económicos, cuyas familias aceptan estos matrimonios por sumas de dinero (en calidad de dote). De acuerdo con información que circula en algunos medios de comunicación locales, estos matrimonios terminan incluso después del “viaje de luna de miel”.

En un país de 91 millones de habitantes como Egipto, en el año 2015 se dieron 124 desapariciones de niños (datos de la Fundación Egipcia EFAC), y en Bolivia que tiene cerca de 11 millones de habitantes, según la información del Observatorio de Trata y Tráfico del Centro de Capacitación y Servicios para la Integración de la Mujer (Cecasem) y la FELCC, cada día desaparecen 8 menores (desde un mes de nacidos a 18 años de edad), llegando la cifra a más de 2.500 anualmente, si se compara los datos fríamente, es una situación alarmante en Bolivia.

La trata y tráfico de menores existe debido a que los “clientes” (monstruos) que requieren este tipo de actividades, causan que criminales operen impunemente. Al respecto, los Estados deberían tomar medidas más efectivas de prevención, elaborar legislación que tipifique con mayor severidad estos delitos, prohibir la prostitución (o legislarla claramente), y destinar mayores recursos económicos para la aplicación de las leyes sobre estos temas.

Empero, al mismo tiempo, no debe dejarse de lado el control social que debe ejercer la familia y la propia sociedad, mucho más ahora que existe amplio acceso a la información que posibilita la organización para apoyar o protestar en relación con una temática, además de la búsqueda como sociedad de la recuperación y fortalecimiento de los valores morales.

La autora es abogada boliviana, reside actualmente en El Cairo, Egipto.