Población rural sin agua ni saneamiento

El problema del agua se hace crónico en todo el continente latinoamericano; contribuye grandemente a ello el hecho de que no llueva como ocurría hasta hace un par de años; la sequedad tiende a convertir en desiertos a extensas zonas, especialmente en las regiones de los llanos; las zonas altiplánicas también padecen por falta de agua. Si a todos estos fenómenos naturales se agrega el hecho de que no hay planificación ni trabajo eficiente para atender tanto el caso de la provisión de agua como la realización de obras de saneamiento, el problema adquiere proporciones graves.

Según estudios realizados por técnicos de la Corporación Andina de Fomento (CAF), el problema adquiere condiciones crónicas y trágicas especialmente en el área rural y llegaría a un 60% la falencia de agua; por supuesto, la falta de saneamiento es mucho más grave porque, por lógica, debe ser consecuencia de la disponibilidad de agua. Se anota, conforme a datos oficiales, que el 60% señalado sería muy optimista especialmente por no haber definición exacta de lo que significa la proporción del área rural que habría que delimitar.

Hay una verdad que preocupa a casi todos los países del mundo: el agua tiende a ser cada vez más escasa tanto por las excesivas olas de calor como por el deshielo de nevados en las regiones montañosas. En Bolivia el problema se acentúa y determina que en toda la región occidental el deshielo es cada vez mayor y el envenenamiento, por contaminación ocasionada por la explotación de minas y la falta de cuidado de la población que origina contaminación en lagos y ríos es cada vez mayor; para ejemplo está el caso del lago Poopó que ya no tiene agua y la provisión por el río Desaguadero es mínima; el lago Titicaca tiende a disminuir su caudal de aguas debido a que no hay lluvias y a la contaminación tanto en el lado nuestro como del Perú que contaminan el lago.

Hablar de saneamiento que incluye instalación de alcantarillado en las zonas rurales es utópico porque no hay que olvidar que hay partes importantes de las ciudades donde está concentrada la mayoría de la población y que no posee alcantarillado; en muchos sitios aún existen pozos sépticos y, para el logro de agua se perfora pozos que también tienden al agotamiento. Según la CAF son “precisas inversiones importantes en agua y saneamiento” especialmente teniendo en cuenta las “particularidades de los habitantes de zonas rurales en los próximos años será necesario realizar muchas inversiones para atender el problema”.

Mucho se habla a nivel del gobierno sobre su “permanente atención a las áreas rurales”; pero las realidades son más que notables porque no hay las debidas inversiones y si a ello se agrega el hecho de que las gobernaciones no poseen los presupuestos necesarios porque, además, no existe la planificación debida, qué se puede esperar. Es urgente que el gobierno, conjuntamente gobernaciones y alcaldías, planifique y sin diferencia de partido o ideologías que solo perjudican, encaren el problema con mucha responsabilidad.