[Manfredo Kempff]

Sobre los ricos en Bolivia


Cuando vemos la persecución contra Samuel Doria Medina nos damos cuenta de que uno de los motivos para que eso suceda es porque se trata de un hombre con fortuna. Con fortuna labrada por su padre y principalmente por él. Y el pueblo, debido a la persistente propaganda del Gobierno, piensa que Rubén Costas es también hombre rico. Y que es, asimismo, Tuto Quiroga. A todos quienes se señala como derechistas se supone que son millonarios, pero, además, que hicieron su dinero aprovechándose del Estado.

En Bolivia siempre se odió a los ricos, seguramente porque siempre fuimos un pueblo muy pobre. Es inconcebible, en nuestro medio, que alguien pueda tener dinero que no sea propiedad de todos. En otros países se los admira y se los quiere imitar. Triunfador es el que hizo fortuna. En Bolivia toda la vida se dijo que los ricachones no habían hecho otra cosa que explotar al pueblo, que habían sido unas insaciables sanguijuelas, chupasangres de los trabajadores y que se aprovechaban de los recursos naturales que pertenecían a todos los bolivianos. El hombre rico en Bolivia está casi al margen de la ley porque se lo presume un asaltante que está en deuda con la nación.

Hay que recordar solamente a Simón I. Patiño que fue el personaje más odiado en Bolivia, habiendo sido, sin embargo, un genio financiero que creó el Consejo Internacional del Estaño en Londres y decenas de empresas internacionales, cuando el mundo no tenía idea de si Bolivia estaba en América del Sur, África o Asia. ¿Explotó a los mineros? Si se quiere ver desde ese punto de vista, claro, puede ser. Se sabía que la labor era muy dura, pero los empleó, les pagó, les dio beneficios sociales, y en todo caso mejor trato que el que después les daría la minería nacionalizada a través de la Comibol. Y sucedió lo mismo con Hochschild y Aramayo, a quienes también los odiaron.

Patiño y los otros dos “barones” del estaño tuvieron que poner la mayor parte de su dinero a buen recaudo porque la amenaza de nacionalización era algo persistente hasta que se produjo. Principalmente Patiño ayudó mucho a su patria durante la Guerra del Chaco, con créditos y donaciones millonarias. Quiso hacer muchas obras útiles para Bolivia y para Cochabamba, pero no le perdonaban que fuera rico. Eso era algo que tenía atragantadados a muchos de la clase política y a una buena parte de la sociedad. “Cholo con plata”, era lo menos que le decían, negándole el ingreso al club social. Mientras tanto, en Europa, se le abrían las puertas de los bufetes más acreditados, de los bancos, y en los salones de rancio postín se lo admiraba.

Hoy no existen en Bolivia multimillonarios con fortunas saneadas a nivel mundial. Nuestros millonarios son como cualquier gringo con plata que tiene su buena villa en Miami, rara vez un avión privado, que frecuenta a algún político o actriz de moda y que juega golf todo el día. Y de esos hay poquísimos. Que sepamos, en Estados Unidos, uno solo que se destaca por sus propios méritos empresariales en telefonía moderna, lejos de las minas bolivianas y de la política. Los demás, plutócratas, oligarcas, acaudalados, son los que señalan los políticos resentidos, como si se tratara de delincuentes a quienes se debe investigar y que merecen la censura ciudadana.

En Bolivia nadie quiere decir que tiene dinero. Ser rico es un estigma. Si tienes una buena casa más te vale hacerle una barda bien alta para que no te la vean desde afuera. Todos quienes se inician en un cargo público o candidatean a algo tienen como su mejor carta de presentación a la pobreza. Se presentan orgullosos, sin casa, sin auto, sin ahorros, sin trabajo, como si todas esas desgracias fueran un mérito y no la señal de un fracasado. Se precian de ser miserables, aunque no lo sean tanto. Nadie se atreve a decir: soy rico porque me he rajado el lomo trabajando toda mi vida ¡y qué!

A Doria Medina lo tienen medido con el asunto de su fortuna. Están pendientes de si se lleva el dinero de sus negocios al exterior como si estuviera impedido de hacerlo, como si debiera pedirle permiso al Gobierno para invertir sus recursos. Y si invierte en Bolivia, los paniaguados sometidos a S.E. salen diciendo o que está reinvirtiendo muy poco o que se está queriendo comprar todo el país. Y eso de los ricachos oligarcas se va alentando y la lista crece en la oposición, cuando se sabe que los que tienen la marmaja son los masistas de los cocales, del contrabando, y de los millonarios contratos sin licitación. Ahí están los ricos de la actualidad.

Lo que sucede es que por la procedencia social se ha creado un prototipo de rico y ya está. No hay más discusión. Rico no es el dueño de negocios en la Uyustus o en Barrio Lindo donde la informalidad engorda billeteras, rico es quien tiene una casa dentro del Segundo Anillo o en el Urubó de Santa Cruz o en el barrio sur paceño. No es rico quien apadrina prestes de una semana y arma bailes ostentosos en los “cholets”, sino quien invita en un club. El dinero de los verdaderos millonarios de la hora actual no salta a la vista de la gente porque lo gastan de manera distinta, en lugares donde se supone que sólo acuden los pobres.

TITULARES

 
Revistas

Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender
la libertad y la justicia.
Reinició sus ediciones el primero de septiembre de 1971.

EL DIARIO
Decano de la Prensa Nacional
Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa y la Asociación Nacional de Prensa.

Dirección:

Antonio Carrasco Guzmán
Presidente del Consejo de Administración

Jorge Carrasco Guzmán
Gerente General

Rodrigo Ticona Espinoza
Jefe de Redacción

"La prensa hace luz en las tinieblas
y todo cuanto existe de progreso en el mundo
se debe a su inagotable labor"...

JOSÉ CARRASCO


Publicidad
Portada de HOY

JPG (879 Kb)      |       PDF (233 Kb)



Caricatura


Sociales

FORO DE COMERCIO EXTERIOR Y FINANZAS CULMINÓ CON UN ALMUERZO

Los anfitriones Gonzalo Bedoya, Andrea Oviedo y Douglas Ascarrunz.

ABOGADOS CELEBRARON EN SU DÍA

Los abogados que recibieron los reconocimientos por años de ejercicio profesional.