Por: Prof. Eliodoro Nina

La zampoña

Instrumento andino por excelencia

Es uno de los instrumentos andinos más populares y característicos de toda la región andina en América, también denominado Flauta de Pan, tiene un sonido inconfundible.

De acuerdo a investigaciones arqueológicas se han encontrado ejemplares en varias antiguas culturas como: Caral (3000 a.C.), Paracas (700-200 a.C.), Nazca (100-600 d.C.), Moche 200-800 d.C.), Wari 600-900 d.C.), Inca (1450-1532 d.C.), en Tiwanacu y otras culturas andinas.

Existen muchos tipos y variedades de zampoñas, pero la base del instrumento en si siempre es la misma: Dos series de tubos, llamadas arka e ira, atados con hilos y cintas decorativas, cada tubo tiene una longitud y un diámetro determinado, de tal forma que al soplar, produce una determinada nota musical. De esta manera el intérprete solista, debe soplar alternadamente para producir una melodía; en la ejecución tradicional se requiere de dos intérpretes que van “tejiendo” la música y se toca por “tropas”.

Dentro de estos diferentes tipos de zampoñas existen aquellos que se conocen como: inca siku (zampoña del inca), surisiku, italake, qhantu, sanka, toyo, ch’uli, tablasiku (zampoña cuadrada), julajula y otras variedades.

Los tubos están ordenados de acuerdo a su longitud, cuanto más largo es el tubo, más grave es el sonido y viceversa. El material más común es el carrizo para fabricar estos instrumentos, el carrizo es una planta muy abundante cuyos tallos leñosos son tan resistentes que incluso se emplean para las conducciones de agua.

Este tallo de gramíneas crece generalmente en las orillas de los ríos y en lugares donde se forman estanques naturales de agua. Estas plantas se caracterizan por llevar sus tallos huecos y divididos por nudos; la distancia entre estos nudos es variada, en algunas especies son más distantes que en otras, crecen hasta alcanzar una altura de más o menos cuatro metros con un diámetro de diez cm.

Para el Siku de Taypi Ayca – Italaque, se usa la “caña Chuqui” (frágil, delgada y de nu-dos muy separados) llamada también ch´alla que crece en las zonas de Zongo, Umahuampa, Quime, Provincia Inquisivi; Karijama y Mamatayu, Provincia Muñecas, cerca de Cha-razani, también en la provincia Bautista Saavedra. Los maestros artesanos mencionan que la mejor caña es de Quime, hoy en dia también se fabrican de materiales plásticos como el pvc.

El pueblo aymara utilizó el siku, y se llama sikuri al ejecutante. Los aymaras desarrollaron bastante las posibilidades que ofrecía el instrumento, y de esa forma alteraron su tamaño para poder interpretar melodías en diferentes octavas, así aparecieron los chulis, las maltas, las zankas y los toyos, estos últimos de mayor tamaño, y por tanto de sonidos más graves.

Hoy en día, la zampoña por ser un instrumento sencillo y fácil en su ejecución, se en-seña en las escuelas y colegios, educa el oído y la sensibilidad. Se han formado verdaderas orquestas desde los años 80’, su enseñanza también se ha implementado en las Escuelas Normales, Institutos y Escuelas de Música.

El 24 de octubre del año 2004 se ha logrado reunir 2.317 zampoñistas, que interpretaron seis temas, esta hazaña fue reconocida por el Guinness World Record como el Conjunto más Grande de Zampo-ñas y estuvo dirigido por el Mtro. Eliodoro Nina.

EL TEMA “LOS SONIDOS DEL SILENCIO”

El 22 de noviembre de 1963, moría asesinado en Dallas el entonces presidente de los Estados Unidos de América John F. Kennedy. Este triste acontecimiento televisado, que conmocionó a casi todo el mundo, fue el punto de partida para el nacimiento de una de las más extraordinarias melodías de la historia de la música. Fue compuesto en 1964 por Paul Simon “The Sound of Sillence”, un genio que lleva casi 50 años haciendo música. Paul Frederic Simon, nació en Netwar, New Jersey, en 1941. Aunque intentó estudiar Derecho, al poco tiempo lo abandonó para dedicarse a su auténtica pasión, la música. Lo grabó el dúo Simon & Garfunkel. Paul declaró en una entrevista que “la canción era una forma de recoger el sentimiento emocional popular tras el desafortunado suceso”. Tras la separación del dúo, allá por 1972, aunque posteriormente se han reunido a menudo para realizar conciertos, recitales, o programas de televisión, “The Sound of Sillence” ha estado siempre incluida en las giras de Paul Simon. En el año 1968 este tema fue parte de la banda sonora de “El graduado”, una película protagonizado por Dustin Hoffman, y sin duda, vivieron su gran y mejor momento, hoy en día lo han grabado en diferentes versiones.

 
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