En el lago Menor del Titicaca

Escasa precipitación pluvial ocasiona desecación de la masa acuática

• En los siguientes meses durante el período seco no se podrá navegar con botes ni lanchas y tampoco se podrá caminar, ya que los terrenos se volverán pantanosos y peligrosos. Muchos lugares quedarán incomunicados en varias provincias.


EN SURIQUI SE IMPROVISAN TABLAS DE MADERA PARA LLEGAR A LOS BOTES PORQUE EL SECTOR QUEDA PANTANOSO.

La escasa precipitación pluvial registrada en el lago Menor o Wiñaymarka (pueblo eterno) del Titicaca impide la recuperación del nivel de sus aguas que descendieron más de un metro de altura durante el periodo seco, por lo que se prevé que en los siguientes meses en varios sectores de la región lacustre se registre una desecación con sectores pantanosos que impedirán la navegación y la circulación de los pobladores.

La advertencia fue realizada por el lanchero de la isla Suriqui, Leonardo Esteban quien detalló que, “las comunidades se encuentran muy alarmadas por la situación que atraviesan, ya que las lluvias de febrero no fueron suficientes para el respectivo aumento del nivel del lago sagrado”.

NAVEGACIÓN

En los siguientes meses durante el periodo seco o awtipacha –dijo Esteban– no se podrá navegar con botes ni lanchas y tampoco se podrá caminar, ya que los terrenos se volverán pantanosos y peligrosos quedando muchos lugares incomunicados en varias provincias. “También será afectada notoriamente la pesca, además de alterar a la fauna y flora”, remarcó.

Existen estudios científicos que revelan que las variaciones registradas en el nivel del Titicaca compartido entre Bolivia y Perú, son más evidentes en el lago Menor en relación al lago Mayor o Chucuito, por su baja profundidad y porque durante la época de altas precipitaciones pluviales conocido como el tiempo del jallupacha y el periodo seco llamado awtipacha, ocasionan el aumento o la reducción en extremo de su superficie, estos cambios ocasionaron su desaparición hace más de 10 mil años.

LLUVIAS INSERVIBLES

Esteban dijo que llovió en los últimos días de febrero pero es inservible, ya que no beneficia los cultivos, que en su mayor parte ya se encuentran secos porque durante la siembra, no fueron regados con la humedad necesaria.

“Para nosotros ya no convienen las lluvias de estas últimas fechas, en otras palabras ya no nos sirven, porque eran útiles durante la época de siembra, ahora ya no, los cultivos de papa se han secado además de otros sembradíos que ya no podrán revivir”, lamentó el lanchero.

La preocupación es grande –aseveró el isleño– porque ya no precipita en la propia época húmeda, esto provocará la falta de alimentos en las islas y los pueblos de las riberas. “Parece que este año vamos a perder todo: los cultivos y la pesca”, agregó.

ANTECEDENTES

Recordó que sus abuelos le contaban cuando era niño, que algo parecido sucedió hace aproximadamente más de 70 años, cuando se produjo una hambruna en las comunidades de la región. “Tal vez podemos volver a esos tiempos, nos contaron nuestros antepasados que se ingresaba y se salía caminando de la isla Suriqui eso sucedió hace muchos años”, remarcó Esteban.

El poblador considera que la desecación de la masa acuática puede ocasionarse por los efectos del calentamiento global que se registra en el mundo. “Estamos viendo las consecuencias del cambio climático, esperamos que en estos días de marzo llegue la humedad esperada”, añadió Esteban y reveló que existen registros que demuestran el descenso de la cota del espejo lacustre.

Algunas investigaciones establecen que el 90 por ciento del recurso hídrico del Titicaca se evaporan por la radiación solar, mientras que las lluvias aportan sólo con un 50 por ciento sobre el espejo de agua, registrándose un promedio de 800 mm de precipitación pluvial anual, sin embargo se pueden tener aguaceros localizados al interior de la región.

PRUEBAS DEL DESECAMIENTO

En relación a las pruebas de la desecación del Wiñaymarka, Leonardo Esteban explicó que en el muelle de la isla es posible evidenciar el descenso del nivel del lago. “En el sector se tiene que ampliar con maderas el muelle que cada vez está más lejano de la orilla, ya que al disminuir el agua, los botes y lanchas tienen dificultades para su navegación”, informó.

También se refirió a los totorales, plantas milenarias que están siendo afectadas, ya que la falta de precipitaciones impide su normal crecimiento. Los pobladores de Suriqui son expertos constructores de balsas transoceánicas elaboradas sólo con la totora, estas embarcaciones que surcaron en alta mar permitieron comprobar científicamente las migraciones antiguas a través de las corrientes de los océanos.

La problemática se agrava con la contaminación ambiental originada por el ingreso de miles de litros de aguas residuales provenientes de El Alto, Laja y Viacha que llegan sin el tratamiento respectivo a través del río Katari por la bahía Cohana, afectando varios kilómetros cuadrados de la superficie del recurso hídrico y llegando inclusive hasta la propia isla Suriqui.

Los isleños y otros pobladores coincidieron en exigir una mayor atención por parte de las autoridades estatales frente a la sequía que se prevé para los siguientes meses, solicitaron también con urgencia la realización de campañas de concientización y prevención frente a la contaminación ambiental disminuyendo la pesca, único sustento de los habitantes.

CienciaBolivia

 
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