Aspectos clave a considerar para el incremento del salario

Beatriz Muriel H.

La Central Obrera Boliviana (COB) mandó recientemente su pliego petitorio al Gobierno, postulando un incremento salarial basado en la canasta familiar y la productividad. Al respecto, la respuesta del Gobierno fue un aumento asociado a la inflación. La vinculación de las remuneraciones con la canasta familiar o la inflación es ya conocida en el país; sin embargo, es muy interesante notar que la productividad está adquiriendo cada vez más importancia en este contexto.

El aumento de los salarios para llegar al menos al nivel de la canasta familiar sería sin duda lo deseable; sin embargo es, en los hechos, inviable por varias razones. En primer lugar, la determinación de los ingresos laborales es esencialmente económica; es decir, responde al desempeño de la producción y de las ventas. Por ejemplo, una comidera que hace de patrona y obrera al mismo tiempo y, por lo tanto, ella misma se paga un ingreso laboral, desearía ciertamente ganar más que cualquier canasta familiar; pero esto dependerá de cuantos platos de comida venda y al precio que lo haga. De acuerdo con las Encuestas de Hogares publicadas por el Instituto Nacional de Estadística, alrededor del 60% de los trabajadores bolivianos está en una situación semejante a la comidera; es decir, no tienen ningún patrono del cual reciban algún salario, y muchos de ellos inclusive no pueden ni siquiera generar ingresos mayores al salario mínimo.

En segundo lugar, una determinación adecuada de la canasta familiar puede ser muy complicada en la práctica por una serie de motivos, entre ellos: las familias son de tamaños diferentes y, por lo tanto, estas canastas; los trabajadores dentro del hogar pueden ser dos o más y dividir gastos, por lo que no sería necesario que cada uno tenga un salario al menos igual que esta canasta; y el consumo es heterogéneo entre las familias, lo que implica que los costos de las canastas son diferentes. Entonces, ¿qué canasta sería la pertinente?

La inflación es ciertamente un primer aspecto clave para un incremento salarial, a pesar de que los precios de los productos son en algunos casos mayores y en otros menores que ésta. Para entender esto, imagine que los precios están aumentando; la comidera deberá entonces gastar más en insumos -papa, arroz, carne, etc.- y transferir estos costos a platos de comida más caros, lo cual implicaría también que sus ingresos (netos de los costos) aumenten para que ella pueda comprar los productos necesarios para su hogar que también encarecieron. Este ajuste por inflación permite simplemente que la comidera pueda mantener un dado nivel de canasta familiar e ingreso laboral real. Sin embargo, la comidera puede no solamente enfrentar un aumento de los precios sino también, por ejemplo, mayor competencia; es decir, si otras comideras comienzan a trabajar cerca de donde son sus ventas, ella no podrá subir el precio de sus platos para compensar la inflación porque no podrá venderlos y, por lo tanto, su ingreso real se verá reducido.

En el caso de los trabajadores que reciben un salario, las diferencias de precios entre lo que producen y la inflación es asumida por sus empleadores; sin embargo, para la mayor parte de la población ocupada que genera sus propios ingresos, la realidad es que ganará más o menos que su canasta familiar usual, dependiendo del contexto económico del país; además de muchos otros factores. Esto explica, por ejemplo, el deterioro de los ingresos laborales reales entre 2014 y 2015 que, de acuerdo con las Encuestas de Hogares, cayó en 0,3% en promedio pese al incremento del salario mínimo y del básico decretado por el Gobierno.

Por último, la productividad debería ser considerada como el segundo aspecto clave, adicional a la inflación, para el incremento salarial. Por ejemplo, considere que la comidera puede ajustar sus ingresos a la inflación de tal manera que mantiene sus ingresos reales. Sin embargo, ella ha recibido una pequeña herencia y con ésta decide invertir en equipos que le permiten duplicar su producción de platos por día, con el mismo tiempo de trabajo. En este caso, ella podrá vender inclusive sus platos con precios más reducidos, para atraer nuevos clientes, y aumentar sus ingresos reales ya que las ventas serán mayores. Este efecto compensa el aumento de su productividad laboral dado, en este caso, por mayores inversiones en capital físico.

Beatriz Muriel H., Ph.D., es Coordinadora de la RED EMINPRO, Fundación INESAD.

E-mail: bmuriel@inesad.edu.bo

beatriz_muriel@hotmail.com

www.inesad.edu.bo

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