Una avalancha por la súbita crecida de tres ríos arrasó varios barrios de Mocoa, capital del departamento selvático del Putumayo, dejando al menos 206 muertos, 202 heridos y un panorama desolador en esa ciudad colombiana, declarada ayer en "estado de calamidad".
El último balance de víctimas, que incluye un número indeterminado de desaparecidos y damnificados, lo dio el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, quien visitó la zona del desastre, un lodazal con piedras gigantescas arrastradas por los ríos hasta el centro mismo de esa ciudad de unos 45.000 habitantes.
La tragedia supera el más reciente desastre natural de Colombia, el de otra avalancha que destruyó el 18 de mayo de 2015 la localidad de Salgar, en el departamento de Antioquia, dejando al menos 104 muertos.
La magnitud de la catástrofe se agrava por el aislamiento de esta zona de Colombia, situada en la región amazónica, en la frontera con Ecuador, que carece de suficientes vías de acceso, pues solo se puede llegar a Mocoa por vía aérea o por precarias carreteras que la comunican tras varias horas de viaje con las ciudades de Neiva y Pasto.