El Vicepresidente sabe mucho

Reducidos a este círculo de pobreza no habíamos caído en cuenta que algunos ciudadanos privilegiados rompieron el cerco de la ignorancia y pobreza para introducirse en sucesos de importancia universal, como nuestro vicepresidente García Linera que está inmerso en hechos de trascendencia internacional, como ser el Centenario de la Revolución Rusa, suceso que no pasó desapercibido hasta para la inquieta periodista cochabambina que trabaja como corresponsal de esta columna en el Palacio Real de la plaza Murillo, causándome una grata sorpresa cuando comencé a hablarle del Centenario de la Revolución Rusa que llevó al poder a los bolcheviques, cuyos jefes fueron Lenin, Trotsky y Stalin, lo que me llevó a preguntarle con quién o quiénes había dialogado para ingresar en esa escala del conocimiento histórico, señalándome como su fuente de información al preclaro ciudadano que al mismo tiempo gobierna y simultáneamente se codea con seres casi míticos, como Rasputín, Breznev y el actual Putin que asombra al mundo con sus maniobras políticas y guerreras.

Quise saber si la sagaz reportera había dialogado hondamente con nuestro sabio Vicepresidente, respondiéndome que él no pierde la oportunidad de conversar con ella y hacerla partícipe de ese mundo extraño que él domina gracias a su emoción revolucionaria y a su ilustración histórica que no vacilo en admirar.

Pecando de indiscreto, pregunté a mi subalterna periodista si archivó en su memoria algo de los conocimientos que atesora el Sr. García Linera, contestándome la cochabambina que suspira por compartir su sabiduría modesta con el ilustre personaje.

Le pregunté a mi comadritay si su espíritu se antojó compartir sus inquietudes de quillacolleña con alguno de los mencionados revolucionarios rusos, respondiéndome que más bien aspira a conocer algún día a Vladímir Putin, para saber si este personaje es tan pícaro como sugiere su apellido y en un acercamiento mayor con él, poder dilucidar si los sueños de éste, podrán un día ser alcanzados.

Deseándole suerte en sus legítimos sueños… yo seguí con los míos que no van más allá de poder algún día conversar con el Vicepresidente de algo simple como su suerte en los negocios y el amor.