Los masajes “descontracturadores” son una bendición

Por muchas razones y por las tensiones que nos provoca el diario vivir, nuestros músculos, sobre todo, los profundos, se van contracturando, se van quedando tensos y se quedan así, sin siquiera darnos cuenta de ello. Esas contracturas van produciendo estrés corporal, estrés mental y una sensación de malestar y de incomodidad que es muy difícil dejar atrás.

Suelo utilizar aceite de bebé o una crema de coca y molle para friccionar mi cuello, los músculos de mi rostro y también las plantas de mis pies y de esta manera, la mayor parte de mis tensiones musculares y mentales se relajan y puedo recuperar mi estado de paz mental y soltura corporal junto con un estado de bienestar interior.

El masaje hecho con paciencia y con un lubricante no irritante produce relajación muscular en cualquier parte del cuerpo en que se lo aplique.

Si en algunos momentos de tu vida te sientes mal o en estado de depresión, puedes hacerte masajes a ti mismo tal como te he contado que hago conmigo mismo. Puedo asegurarte que los masajes persistentemente realizados con determinación, con buena voluntad y con confianza en uno mismo producen su efecto deseado.

Afirmación para repetir todo el día en los momentos posibles y con una sonrisa de felicidad: “Estoy radiante”.