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NUTRICIÓN

Hábitos alimenticios saludables

Susan Bowerman, experta en Nutrición de Herbalife Nutrition.


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El 80% de las personas no empiezan un nuevo año con buenos hábitos alimenticios y no es sorprendente haber desistido al hábito de comer bien y mantener el ejercicio físico durante fechas especiales.

Si tomas la decisión cada mes de enero de ponerte en forma, entonces estás diciendo que cuidarte es muy importante. Es por ello que, con el objeto de no perder lo que se ha logrado en 2018, la experta aporta algunos consejos básicos que ayudarán a reflexionar este año y proponerse metas concretas que resultarán beneficiosas para la salud y el bienestar general:

Cualquier mejora es buena: Tal vez no hiciste tanto ejercicio como planeaste, o comiste con tanto cuidado como querías. Pero si todavía te va mejor que el año anterior, tal vez sea porque hiciste lo posible para eliminar algunos malos hábitos. Eso es muy bueno ya que los pequeños cambios en la forma en que haces las cosas todos los días suman mucho. Aprovecha estos pequeños éxitos para seguir sumando a lo largo del año.

No hagas demasiado a la vez: Es muy bueno ser ambicioso, pero si intentas enfrentar demasiados cambios a la vez, lo más probable es que no funcione. Tomar decisiones es fácil, cumplirlas es lo difícil porque tienes que hacer las cosas de manera diferente. Necesitas tiempo para deshacerte de un mal hábito, por lo que la repetición es muy importante. Pero es mucho más fácil repetir una tarea pequeña y relativamente fácil que una que parece positivamente titánica.

Identificación de obstáculos: Para alcanzar tus objetivos, debes averiguar qué es lo que te resulta más difícil de lograr. Reflexiona acerca de lo que no estás haciendo, lo que planeas hacer y cómo puedes hacerlo más fácil. Es fácil decir que vas a comer más frutas y verduras, pero es difícil hacerlo si no los tienes en la casa. Una vez que los tengas en la casa, debes hacer que te sea más fácil comerlos. Así que tal vez te asegures de mantener una buena cantidad de frutas en el congelador para agregar a los batidos de proteínas. Lo ideal es tener siempre una fuente grande de frutas sobre la mesada de tu cocina para recordarte que la fruta es un gran refrigerio. O bien tener siempre a mano algunas verduras cortadas en el refrigerador donde las verás cada vez que abras la puerta en busca de algo para comer. Lo más importante es establecer metas realistas para los cambios que planeas hacer y hacerlos específicos, por ejemplo plantearte lo siguiente: “voy a llevar mi almuerzo al trabajo dos veces por semana.” De esa manera, al final de la semana, es fácil determinar si has alcanzado tu objetivo o no.

Los pequeños cambios suman mucho: sólo porque los cambios son pequeños, no significa que no se sumen. Si ese almuerzo casero dos veces por semana tiene 300 calorías menos que tu almuerzo habitual en un restaurante, significa un ahorro de más de 31,000 calorías en un año, lo que podría traducirse en una pérdida de 4 Kg. Si tomas una fruta en lugar de un tazón de helado todas las noches después de la cena, baja otros 4,5Kg y eso es sólo por ese pequeño cambio de hábito.

 
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