Tormenta Eléctrica Cochabamba
Mín: 13º
Máx: 26º
Lluvia Santa Cruz
Mín: 22º
Máx: 33º
Tormenta Eléctrica La Paz
Mín:
Máx: 20º
Tormenta Eléctrica Beni
Mín: 22º
Máx: 32º
Lluvia Oruro
Mín:
Máx: 20º
Tormenta Eléctrica Chuquisaca
Mín: 12º
Máx: 20º
Tormenta Eléctrica Potosí
Mín:
Máx: 17º
Tormenta Eléctrica Pando
Mín: 23º
Máx: 30º

Publicidad

    



[Víctor Corcoba]

Algo más que palabras

La utopía es el umbral de toda mejora

“Hay que unirse para hacer mundo, pero también para trabajar juntos, y acometer grandes sueños sabiendo estar despierto”.

En lo que anhelamos ser, está el futuro; algo que es nuestro, de uno mismo, más interior que exterior, que pende en gran parte de la familia, de nuestra capacidad de hacer linaje, lo que requiere un verdadero diálogo entre todos nosotros, porque sin el otro tampoco hay porvenir para mí, de ahí la responsabilidad que pesa sobre cada cual, en la cimentación de ese horizonte armónico que todos merecemos por dignidad humana.

En consecuencia, personalmente también pienso, como ya en su tiempo lo hacía el inolvidable escritor colombiano Gabriel García Márquez, que jamás es demasiado tarde para elevar una utopía que nos permita compartir la tierra, y así poder hermanarnos. Hemos de obligarnos a ello. Hay que unirse para hacer mundo, pero también para trabajar juntos, y acometer grandes sueños sabiendo estar despierto.

Es cierto que, en ocasiones, la realidad no acompaña, pero la esperanza del cambio es posible, a pesar de que un estudio reciente sobre “Perspectivas sociales y del empleo en el mundo: Tendencias 2019”, nos indique que durante el año pasado “la mayoría” de los 3.300 millones de personas ocupadas carecía de la suficiente “seguridad económica, bienestar material e igualdad de oportunidades”, y además añade que los progresos en la disminución de desempleo a nivel mundial no evidencian “una mejora de la calidad del trabajo”.

Sea como fuere, son estos actuales déficits sociales, como el de trabajo decente y digno, sobre el que hay que actuar de manera global, puesto que la velocidad de reproducción de las desigualdades es un mal que nos inunda. Por desgracia, de cumplirse los pronósticos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el incremento de la población activa hará que aumente el número de desempleados con un ritmo de un millón de personas por año, llegando a los 174 millones de desocupados el año 2020.

Por eso, es importante ese espíritu utópico que reivindico de manera consciente, al ser principio de toda mejora, que nos sirve para caminar y cuando menos para diseñar un futuro mejor. No le cortemos las alas a nadie, y máxime la de aquellas gentes que luchan por el cumplimiento de los derechos humanos, que batallan contra el cambio climático, que apuestan por la igualdad de género, por defender a los migrantes y refugiados. Llegado a este punto, tengo que reconocer que me gustan las mareas humanas activas, son mi debilidad; esa ciudadanía que construye puentes, que derriba muros, que integra la diversidad, que promueve la cultura del encuentro, que instruye y educa desde su ejemplaridad de quehaceres en el perdón y la reconciliación, en el sentido de la justicia, en el rechazo a la violencia, en el valor de unidad y unión universal.

A veces de estos sueños surgen grandes oportunidades, y la misión que parecía casi imposible, se torna viable y hasta real, pues es la apertura de esas puertas pequeñas la que nos engrandece y nos da satisfacciones. Se me ocurre pensar en esas batalladoras mujeres de todo el mundo, que poco a poco están haciendo de la desigualdad de género en la música, un problema cada vez más evidente. Algo que se ha presenciado en grandes eventos como los Premios Grammy de 2019, donde hubo una alta representación femenina y algunas artistas hablaron públicamente sobre la problemática.

La misma utopía de los derechos humanos, que tiene en Europa su verdadero hogar, también en este continente europeísta los hemos degradado, cuando no ignorado, hasta límites extremos. Sólo hay que ver el trato que reciben algunos migrantes o el mercadeo de vidas humanas que a diario se producen en un orbe tan conflictivo como el presente, en parte por no avivar ese espíritu racional y moral, como valor esencial y bien supremo. Quizás, hoy más que nunca, estamos invitados a repetir este pulso creativo y natural de San Francisco de Asís: “Señor, haznos artífices de paz; donde domina el odio, que nosotros proclamemos el amor; donde hay ofensas, que nosotros ofrezcamos el perdón; donde abunda la discordia, que nosotros construyamos la paz”.

Precisamente, es esta quietud utópica la que debe instarnos a desarmarnos, a ofrecer el corazón, pues si el pan de cada día es vital o el mismo aire es necesario para vivir, también hemos de poner voluntad en impulsar el entendimiento entre semejantes. No habrá acuerdo sin firmeza, ni rectitud sin compasión, pero tampoco habrá conciliación sin acción poética o sin reacción soñadora.

El autor es escritor.

corcoba@telefonica.net

 
Revistas

Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender
la libertad y la justicia.
Reinició sus ediciones el primero de septiembre de 1971.

EL DIARIO
Decano de la Prensa Nacional
Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa y la Asociación Nacional de Prensa.

Dirección:

Antonio Carrasco Guzmán
Presidente del Consejo de Administración

Jorge Carrasco Guzmán
Gerente General

Rodrigo Ticona Espinoza
Jefe de Redacción

"La prensa hace luz en las tinieblas
y todo cuanto existe de progreso en el mundo
se debe a su inagotable labor"...

JOSÉ CARRASCO


Publicidad
Portada de HOY

JPG (770 Kb)      |       PDF (514 Kb)



Caricatura


Sociales

Día Nacional de Irán

EL MINISTRO DE DEFENSA, JAVIER ZAVALETA JUNTO A LOS EMBAJADORES REZA Y MONIR TABATABAEI.


Publicidad