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Explotación laboral aún no tiene solución



Miles de niños son explotados laboralmente, mientras otros viven su infancia en medio de pobreza.

Daniel C., nombre convencional, es uno de los jóvenes, quien trabajó dos años para una empresa de publicidad, con la finalidad de poder lograr obtener ingresos económicos que le permita mantener a su familia, pero tarde fue cuando se dio cuenta que estaba siendo engañado por el propietario de la empresa.

Como Daniel cerca de ocho jóvenes, con poca experiencia, pero con la valentía de no tener nada que perder, decidieron realizar la denuncia ante el Ministerio de Trabajo, porque pese a los anuncios del Gobierno y la esperanza de que se cumpliera el pago del incremento salarial, pesaron que esa determinación tendría algún resultado.

Al final, la consecuencia de la denuncia, de acuerdo a Daniel, fue que José S., supuestamente bajo amenaza les obligó a firmar planillas, donde se registraba el pago de todos sus beneficios laborales, pero “nunca se ha cumplido ese pago, es por eso que de los ocho que denunciamos, sólo quedamos tres trabajando ocho meses más, hasta que nos indican que estamos despedidos, con cuatro sueldos adeudados”, indicó.

Daniel le dedicó no solo tiempo a la empresa, realizando trabajos que exigía ciertas destrezas, para poder colocar gigantografías en lugares de más de cinco a 15 metros de altura, fue electricista, mecánico, cuidador y hasta alimentaba a los perros del propietario, sin haber firmado ningún contrato por escrito, solo con la esperanza que su pago de Bs 2.000 se mantuviera por lo menos hasta la conclusión del presente año.

Ahora que busca justicia y no dejar que el dueño de la empresa se salga con la suya y se convierta en un caso más de la impunidad jurídica, “los jóvenes, sin orientación laboral, jurídica y sobre todo sin experiencia continúan siendo víctimas de personas que solo surgen gracias a la explotación laboral de otros”, como establece José Luis Mansilla sociólogo de profesión.

Daniel y su joven pareja aguardan un segundo bebé, siendo ese el factor que le permitió nuevamente llenarse de valor y volver a denunciar ante el Ministerio de Trabajo, por varios incumplimientos laborales, proceso burocrático que solo logró citar tres veces al empresario, sin ningún resultado, porque como ocurre con la “picardía criolla”, el propietario de la empresa, modificó el domicilio legal de su actividad económica, con la finalidad de eludir las solicitadas del Ministerio.

Pese a eso Daniel hace lo posible en buscar nuevamente la actual dirección de la empresa y retornar al Ministerio de Trabajo para que asuma alguna acción, pero vanos fueron los esfuerzos, cuando el funcionario laboral, le indicó que “ya nada se puede hacer. Se han entregado las tres citaciones y como no se ha apersonado el propietario, ahora a partir de esta denuncia, debe correr por tu cuenta, debes conseguirte un abogado”, fue la respuesta del empleado, aspecto que se convierte en una frustrante realidad que permite calificar “la labor de los funcionarios del Ministerio de Trabajo, como una farsa, ante el conformismo de sólo dedicarse a entregar citaciones a quienes incumplen con los derechos laborales y si no logran apersonarse, ante el Ministerio de Trabajo, los trabajadores, quedan en el abandono, con la idea de que deben pagar a un abogado si deciden iniciar un juicio, cuando no tienen ni para mantener un mes a su familia, por la falta de sueldos adeudados recordó Daniel.

Es por esa difícil realidad que Daniel decide formalizar la denuncia ante este medio de comunicación, con la esperanza de que pueda por lo menos no quedar más frustrado y evitar que más jóvenes como él sean víctimas de empleadores, que sólo buscan “abusar de muchachos inexpertos que buscan una fuente laboral por necesidad, sin ninguna orientación jurídica”, sobre todo cuando no han logrado firmar ningún contrato, reciben un sueldo, sin papeleta, recibo ni nada, al final, se dan cuenta que no dejaron evidencias, para el Ministerio de Trabajo, que permita accionar ante la denuncia presentada.

En la última semana varios trabajadores de diferentes empresa se apersonaron ante el Ministerio de Trabajo con la finalidad de denunciar que muchas de las empresas en el departamento estarían incumpliendo no solo con el tema del incremento salarial, sino también registran retrasos de sueldos de sus trabajadores de dos, tres, cinco y hasta seis meses, aspecto que en los próximos días dicha instancia laboral realizará las denominadas “inspecciones laborales sorpresa”, para constatar el incumplimiento de estas empresas privadas, las cuales están ubicadas tanto en la ciudad de La Paz, como El Alto.

 
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