De Almagro a Zapatero

El partido de gobierno tendría que hacer una auditoría de los gastos que hace el equipo de campaña, ahora que las encuestas le anticipan una derrota en octubre. Y luego, aplicar sanciones.

Traer a Luis Almagro fue un error. Y si ocurriera que se le pagó por haber llegado al Chapare y luego por lo que dijo, estaríamos ante un caso de despilfarro o por lo menos de inversión equivocada e incluso contraproducente.

Fue contraproducente, porque las encuestas han detectado que como resultado del “efecto Almagro” las preferencias por el binomio vetado por el 21-F cayeron en cinco puntos porcentuales. Por primera vez esas encuestas muestran la probabilidad de una derrota en la primera vuelta.

Para Almagro, el episodio boliviano fue también un desastre. Tan fuerte fue el repudio a su visita en Bolivia que a los pocos días tuvo que renunciar a la idea de reelegirse. Quizá el dinerito que recibió, como dicen los malpensados, le ayudó a resignarse.

Pero el daño mayor fue para la campaña del binomio vetado. Un autogol, en suma.

La auditoría debería evaluar también la visita de José Luis Rodríguez Zapatero, expresidente de gobierno de España, que ha venido a hacer unos elogios alucinantes al presidente Evo Morales. Puesto a lanzar elogios, este señor no tiene medida, lo que también es indicio de que cobró, y cobró tanto que estuvo a punto de besar los pies de Morales.

Un personaje repudiado en América latina y en Europa por sus simpatías con el sanguinario régimen de Nicolás Maduro debe entender que sus elogios resultan siendo ofensas. Es para decirle “no me ayude, compadre”. Y no pagarle, ni por chiste, salvo que tengas dineros provenientes de fuentes innombrables.

Quizá no corresponda sospechar que el equipo de campaña que propuso traer a estos visitantes esté saboteando, esté pateando para el otro lado. Pero algo raro está pasando.

Quizá sea resultado de que el MAS es una olla de grillos, o de culebras. Tiene ex militantes de todos los partidos, desde el MNR hasta el MBL, desde la FSB hasta el EGTK, formando una cruz. Del mismo modo hay narcos que llegan de Italia, de Brasil, Colombia, México, que han convertido a Bolivia en su Meca.

Tener tanto dinero para la campaña, incluyendo los 75 millones de dólares del presupuesto del Estado para propaganda este año, puede ser una maldición. Es el mal de los millonarios, de los nuevos ricos.

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