Publicidad

    


Violencia en Congo

1.900 muertos en seis meses

> Los ataques y enfrentamientos intercomunitarios dificultan la lucha contra el ébola


LA REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO ATRAVIESA UNA CRISIS HUMANITARIA EN MEDIO DE VIOLENCIA.

Alrededor de 1.900 personas han muerto en República Democrática del Congo (RDC) en episodios de violencia política, incluidos ataques por parte de grupos armados, desde que el nuevo presidente, Félix Tshisekedi, asumió el cargo el 25 de enero.

Según los datos publicados recientemente por Armed Conflict Location and Event Data Project (ACLED), al menos 760 de las víctimas mortales en estos incidentes eran civiles, al tiempo que ha alertado de que el primer semestre de la Presidencia de Tshisekedi ha estado marcado por un incremento sustancial de la violencia en el país.

Así, indicó que el aumento de los conflictos subregionales en RDC, el brote de ébola y las disputas en torno a las elecciones de 2018 hicieron del año pasado "uno de los más violentos" en la historia reciente del país, si bien en la etapa de Tshisekedi se ha registrado hasta ahora "unos niveles (de violencia) aún más altos".

En este sentido, ha detallado que entre el 25 de enero y el 20 de julio se registraron 790 casos de violencia política organizada en más de 420 localizaciones del país, respecto a las 630 en 260 localizaciones --con 500 muertos-- durante el mismo periodo de 2018, cuando Joseph Kabila era aún presidente del país.

ACLED subrayó que las provincias más afectadas por la violencia son Kivu Norte, Kivu Sur e Ituri, con el 50 por ciento del total en la primera provincia, el 23 por ciento en la segunda y el trece por ciento en la tercera para un 86 por ciento del total.

En estos casos, la mayoría de los ataques son responsabilidad de "grupos armados no identificados o anónimos", con un total de 200 casos, mientras que las fuerzas estatales se vieron implicadas "en la mayoría de las batallas", seguidas por las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF) y la Defensa Nduma de Congo-Renovación (NDC-Renove).

A este contexto hay que sumar que el grupo yihadista Estado Islámico reclamó recientemente sus primeros ataques en el país y anunció la creación de una rama en la región, llamada Provincia de África Central, si bien el organismo no incluye datos relativos a los ataques que supuestamente ha realizado en esta zona del país.

AUMENTO DE ENFRENTAMIENTOS

ACLED indicó hincapié en el repunte de los enfrentamientos intercomunitarios en la zona este del país, particularmente en el territorio de Djugu, ubicado en Ituri, epicentro de los combates entre lendu y hema, azuzados en parte por las actividades de distintos grupos armados.

En este sentido, detalló que en los menos de dos meses que van del 1 de junio al 20 de julio murieron 360 civiles, siendo milicias étnicas lendu responsables del 57 por ciento de estas muertes y con la comunidad hema como principal objetivo de los ataques.

El peor episodio denunciado hasta la fecha tuvo lugar a mediados de junio, cuando al menos 240 personas murieron en una ola de violencia, según organizaciones de la sociedad civil de Ituri citadas por los medios locales. Las autoridades informaron de hallazgo de más de 160 cadáveres.

Asimismo, ACLED ha resaltado que durante dicho periodo de tiempo se registraron 24 enfrentamientos en Ituri, con el Ejército implicado en el 95 por ciento de los mismos. Esta violencia ha dejado al menos 300.000 desplazados.

Este incremento de los enfrentamientos intercomunitarios en Ituri ha hecho revivir las tensiones étnicas entre los hema y los lendu entre 1999 y 2007 por derechos de pastoreo y representación política, que se salaron con cerca de 50.000 muertos. Los enfrentamientos estallaron de nuevo entre finales de 2017 y principios de 2018, con cerca de 300 muertos.

ACLED desveló además que, en el caso de la violencia en Kivu Norte, el grupo NDC-Renove, encabezado por Guidon Mwissa -sobre el que pesan sanciones de Naciones Unidas por crímenes de guerra- protagonizó enfrentamientos con otras facciones armadas para expandir su control en los territorios de Masisi, Lubero, Rutshuru y Walikale.

El grupo de Mwissa, del que se dice que mantiene lazos con las Fuerzas Armadas, ha centrado sus ataques contra grupos hutus y es sospechoso de numerosos abusos de los Derechos Humanos en las zonas que controla.

Además, participó en 56 enfrentamientos armados -que se saldaron con más de 220 fallecidos- y ha sido responsable de 17 ataques contra civiles entre julio de 2018 y julio de 2019, matando a 40 civiles.

IMPACTO SOBRE EL ÉBOLA

Por otra parte, el organismo destacó además que "las regiones más devastadas por el ébola -Kivu Norte e Ituri- hacen frente de forma simultánea a la mayor concentración de violencia, con un incremento de los conflictos comunales y los ataques contra trabajadores sanitarios, lo que socava la respuesta sanitaria".

De esta forma, ha hecho hincapié en que el brote de ébola en RDC es el primero del mundo en tener lugar en una zona de conflicto activo, con el impacto que ello supone para las comunidades y la respuesta de las autoridades.

Sin embargo, ha apuntado que los propios equipos sanitarios han estado crecientemente expuestos a esta violencia, con un total de 40 "sucesos violentos" que implican a personal sanitario o humanitario en Kivu Norte e Ituri en lo que va de año.

"Muchos sucesos tuvieron lugar en las regiones de Beni y Butembo, epicentro del brote de ébola", dijo, al tiempo que ha manifestado que "la región de Beni sigue haciendo frente a un conflicto más amplio, con más de 80 episodios de violencia política desde enero, con 140 fallecidos".

ACLED puntualizó que los grupos no identificados o anónimos son responsables de más de la mitad de estos ataques contra trabajadores sanitarios o humanitarios y ha indicado que también se han registrado ocho casos en los que turbas violentas han atacado instalaciones relacionadas con la respuesta al virus.

Esto "subraya las dificultades a las que hace frente la respuesta para lograr la aceptación y el apoyo por parte de las comunidades locales", algo a lo que ya han hecho referencia la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el propio Gobierno de RDC como uno de los principales obstáculos en la lucha contra el virus, que ha dejado más de 1.740 muertos.

La representante especial de Naciones Unidas para RDC, Leila Zerrougui, apuntó el pasado miércoles a "factores políticos y sociales" que dificultan la lucha contra el brote e hizo hincapié en los "altos niveles de desconfianza" en las comunidades.

Ante esta situación, el comandante de la 34ª región militar, Ilunga Mpeko Edmong, dijo recientemente que "el virus del ébola es una gran amenaza para la población de Kivu Norte, al mismo nivel que los grupos armados".

Por su parte, el propio Tshisekedi se desplazó a Beni en abril para lanzar un mensaje de concienciación y recalcó que el virus "no es una enfermedad imaginaria", ante la desconfianza de la población, que sospecha que sus familiares empeoran en los centros de tratamiento a causa de los cuidados, lo que dificulta detectar los casos y trazar los contactos.

Pese a ello, el ébola continuó expandiéndose en las zonas afectadas, especialmente en Butembo, ante la falta de un contexto social y político que permita una lucha efectiva contra el virus, lo que ha llevado a la OMS a declarar el brote como una emergencia sanitaria internacional.

(Europa Press)

 
Revistas
Publicidad