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Rubro de construcción

Mujeres desafían al espacio laboral destinado a varones

> Las mujeres constructoras es un oficio donde ellas buscan ser capacitadas constantemente para perfeccionar las obras al gusto del cliente.


La falta de empleos para hombres y mujeres obliga a optar por trabajos que antes eran solo para varones.
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Más de 200 mujeres albañiles se capacitan en obra gruesa y obra fina, pese a mantenerse aún el machismo tanto en contratistas y propietarios de viviendas.

En Bolivia, la actividad laboral cada año es más escasa y sobre todo exigentes para las mujeres, quienes deben encargarse del sustento económico de sus familias, que por lo general es insuficiente el sueldo que perciben los varones o ellas quedan solas a cargo de la manutención de sus hijos.

Lidia Romero Alarcón es la Secretaria General de la Asociación de Mujeres Constructoras (Asomuc), ella ingresó en el oficio desde hace cinco años, cambiando de rubro de comerciante minorista al trabajo de la albañilería, ante un incremento permanente en la competencia del comercio. Es por eso que ahora es parte de más de 200 mujeres constructoras quienes son capacitadas constantemente donde se incluyen aquellas que trabajan en las áreas de la construcción del Gobierno Municipal de El Alto y La Paz.

Lidia Romero mujer de más de 40 años, de rostro redondo, estatura mediana y contextura gruesa, viste orgullosa un overol beige con guindo y franjas de color plomo protege sus manos con guantes látex; además de una visera y capucha, que tiene como finalidad proteger su ropa, el cabello y sus principales sentidos del polvo, cemento, tierra y pintura que son parte de su oficio.

Ella tiene una sonrisa amable, segura no solo de su actividad, sino de conocer y valorar todo lo que sus compañeras enfrentan al ocupar un espacio que continúa siendo en algunos casos dirigido por los varones quienes, al ser los contratistas o propietarios de las empresas de construcción, de acuerdo a la dirigente, el pago no representa la igualdad de trabajo para ambos géneros, porque ellas perciben 40% menos de lo que gana un varón por el mismo trabajo entregado.

“Tenemos entre nuestras compañeras no solo aquellas que dependen del Gobierno Municipal de El Alto, sino a la vez las cuentapropistas quienes van buscando su trabajo, en cinco años después de una etapa de capacitación realizado gracias a Red Hábitat, quienes nos daban clases sobre construcción y albañilería, nos hemos ido formando por especialidades, donde las mujeres elegimos ser pintoras por ser un trabajo que no exige mayor fuerza o riesgo físico en comparación con la obra gruesa. Pero también existe compañeras que hacen obra gruesa, hay encofradoras, además de colocar ladrillos, todo lo que realizan los varones”, añadió.

Lidia Romero quien debía colocar las losetas al interior de un cuarto, demuestra con sus manos y mediciones que se trata de un trabajo de precisión, buen gusto por la combinación de colores y diseño, donde ellas saben que tiene estética en el decorado un plus que las hace diferente de los varones.

En cuanto al horario que deben cumplir, por lo general está definido en base a un documento de contrato, donde queda establecido la fecha de entrega de las obras, que en esta oportunidad se trataba del colocado de losetas y pintado de interiores en una vivienda particular ubicada en la avenida Juan Pablo II.

Las mujeres constructoras fueron organizándose y asociándose no con el propósito de “dar trabajo”, como algunas personas esperan, sino sobre todo para capacitar, apoyar y mejorar la calidad de la mano de obra, para ser requeridas en un mercado donde el machismo es una conducta constante al interior de su gremio, pero sobre todo en la mentalidad de quienes las contratan, porque son quienes fiscalizan el desarrollo y acabado de la obra.

“Lo importante es que nuestras compañeras mantengan íntegra su autoestima, pese a que algunas de ellas han ido perdiendo cuando estaban sometidas a una pareja violenta o se han quedado solas, ellas deben pasar por la etapa de nuevamente valorarse, no dejarse abandonar y saber que pueden volver a aprender, a trabajar y ser independientes para poder sustentar la educación de sus hijos e hijas”, concluyó.

Mujeres constructoras es un oficio donde ellas buscan ser capacitadas constantemente para perfeccionar las obras al gusto del cliente.

 
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