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Amenaza de guerra subsidiaria en Congo

Persiste tensión en Grandes Lagos

> El país está nuevamente en el eje de las disputas entre Burundi, Ruanda y Uganda. El ICG pidió a Tshisekedi que impulse la vía diplomática de Luanda

El aumento de las tensiones en la región de los Grandes Lagos, principalmente entre Burundi, Ruanda y Uganda, amenaza con extenderse nuevamente al este de República Democrática del Congo (RDC) y derivar en una guerra subsidiaria, a través de los grupos armados que operan en la zona, que sacuda la estabilidad y la seguridad en la región.

"Las intensificadas hostilidades entre los estados en los Grandes Lagos amenaza con un retorno a las guerras regionales que desgarraron la región en las décadas previas", alertó el 'think tank' International Crisis Group (ICG) ante el deterioro de la situación y el cruce de acusaciones entre estos países por su apoyo a grupos armados en RDC.

Los países de la zona han utilizado históricamente a las milicias en RDC, donde siguen operando pese al fin en 2003 del último conflicto -entre 1998 y 2003, que dejó millones de muertos, la mayoría a causa del hambre y las enfermedades-, y el deterioro de las relaciones sólo empeora la situación en la zona, sacudida además por un brote de ébola.

El presidente de Ruanda, Paul Kagame, acusa a Burundi y Uganda de apoyar a rebeldes ruandeses en las provincias congoleñas de Kivu Norte y Kivu Sur y ha amenazado con responder por la vía militar, mientras que las autoridades burundesas y ugandesas acusan a Kigali de respaldar a rebeldes en RDC para lanzar ataques en ambos países.

A su llegada hace un año a la Presidencia de RDC, Félix Tshisekedi apostó por la vía diplomática -con la mediación del mandatario angoleño, Joao Lourenço-, si bien la misma se ha estancado y recientemente ha abierto la puerta a una cooperación militar con los citados países para luchar contra los distintos rebeldes.

En este sentido, el ICG recalcó que Tshisekedi "debería priorizar la vía diplomática (...) para calmar las tensiones entre sus vecinos" dado que un conflicto subsidiario "podría desestabilizar aún más RDC e incluso provocar una crisis de seguridad de gran calado a nivel regional".

El deterioro de la situación tomó un nuevo giro tras un ataque en octubre de 2019 contra la localidad ruandesa de Kinigi, que se saldó con catorce muertos y que fue achacado a las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), un grupo rebelde con base en Kivu Norte integrado por antiguos miembros de las milicias hutus responsables del genocidio de 1994. (Europa Press)

 
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