Terrorismo, delito que se ensaña contra el mundo

Un mal que enfrenta toda la humanidad en todo tiempo es el terrorismo, un delito que no tiene principio ni fin y que causa las grandes catástrofes, destruye bienes de toda naturaleza y complota en contra de todos los hombres.

El terrorismo ataca con saña incontenible cuando busca satisfacer todo lo que permite su crecimiento y le arrienda mayores ganancias. Ante su contundencia, no hay poder que no sufra declinación alguna ni hay forma de contenerlo totalmente porque ante cualquier embate renace con más fuerza. Nuestro país ha sido víctima de acciones terroristas que han causado inmensos daños y han lastimado sentimientos y moral de poblaciones que soportaron su accionar destructivo.

El terrorismo es aliado incondicional del narcotráfico y de todo sistema o forma delincuencial que atente contra los derechos y el bienestar de los pueblos que son propicios para su crecimiento y mayor contundencia. El poder constituido es su principal víctima porque es el mejor medio de enfrentar este flagelo; es, conjuntamente el tráfico de drogas, el mal que aprovecha cualquier circunstancia para incrementar su poderío que no tiene fronteras y siempre está en tren de expansión por cualquier parte del planeta.

El Gobierno tiene, pues, misión importante en planificar acciones contundentes contra el accionar de toda forma terrorista; es la autoridad policial y en casos las fuerzas armadas las instituciones encargadas de enfrentarlo con algún éxito que siempre es relativo dada su posibilidad de recobrarse de todo embate, de toda acción punitiva y de todo accionar judicial contra él porque cuenta también con la complicidad de la corrupción que, a todo nivel de los pueblos y sus gobernantes, actúa con impunidad; sin embargo, las organizaciones militares y policiales no pueden ni deben declinar en su afán de combatirlo, de buscar su aniquilamiento total en concomitancia con fuerzas armadas y policiales de todos los países.

El Gobierno, en toda su planificación sobre seguridad, tiene la misión de combatir seria, decidida y decisivamente todo accionar terrorista. Son (deben ser) importantes y cuantiosos los presupuestos para combatir este mal; por ello, es importante la participación de todos los países y en casos, combinar acciones para una lucha simultánea contra el narcotráfico que es poseedor de grandes fortunas financieras; debe luchar contra el tráfico de armas y contra todo tipo de delincuencia que infrinja graves daños a la humanidad.

En esta misión gigantesca de luchar contra el terrorismo y el narcotráfico, el presidente Arce y sus colaboradores tienen un desafío y misión que no puede ni debe declinar en ningún momento porque de esa labor depende la seguridad no solamente del gobierno sino del Estado mismo.