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NEUROCIENCIA E INTELIGENCIA EMOCIONAL

INTELIGENCIA EMOCIONAL


Es un conjunto de habilidades emocionales intelectuales que Daniel Goleman enmarcó en el término de “inteligencia emocional”; entre ellas destacan el autocontrol, el entusiasmo, la empatía, la perseverancia y la capacidad para motivarse a uno mismo. Para este autor si bien una parte de estas habilidades pueden venir configuradas en nuestro equipaje genético, otras se moldean durante los primeros años de vida; en vista que la evidencia respaldada por abundantes investigaciones demuestra que las habilidades emocionales son susceptibles de aprenderse y perfeccionarse a lo largo de la vida, si para ello se utilizan los métodos adecuados.

El término inteligencia emocional es atribuido primeramente a Wayne Payne, citado en su tesis doctoral Un estudio de las emociones: el desarrollo de la inteligencia emocional (1985). Posteriormente en 1995 Daniel Goleman publica su obra “Inteligencia Emocional”, convirtiéndola de esta manera en un tema de interés general.

El éxito de las personas no viene solo de su coeficiente intelectual y de sus estudios académicos sino también de su inteligencia emocional, donde se considera:

La capacidad para identificar el propio estado emocional y gestionarlo de forma adecuada.

Permiten apreciar y expresar de manera equilibrada nuestras propias emociones, entender las de los demás y utilizar esta información para guiar nuestra forma de pensar y nuestro comportamiento.

Para las sociedades del siglo pasado, las emociones se adaptaban a las circunstancias y no existía desbordes emocionales como en la actualidad; sin embargo, el acrecentado incremento de la vida industrial moderna y por ende de la tecnología, nos ha enfrentado a desafíos emocionales que la naturaleza humana no ha anticipado. Por lo que las personas que logran dominar sus emociones e interactuar de manera adecuada con el entorno, presentan repercusión positiva, ya que les permite entender y controlar sus impulsos, facilitando las relaciones comunicativas con los demás.

Subconjunto de la inteligencia social que comprende la capacidad de controlar los sentimientos y emociones propios así como los de los demás, de discriminar entre ellos y utilizar esta información para guiar nuestro pensamiento y nuestras acciones.

5 CAPACIDADES DE UNA PERSONA CON INTELIGENCIA EMCOIONAL SEGÚN DANIEL GOLEMAN

1

Conocer las propias emociones

El principio de Sócrates “conócete a ti mismo” se refiere a esta pieza clave de la inteligencia emocional: tener conciencia de las propias emociones; reconocer un sentimiento en el momento en que ocurre. Una incapacidad en este sentido nos deja a merced de las emociones incontroladas.

2

Manejar las emociones

La habilidad para manejar los propios sentimientos a fin de que se expresen de forma apropiada se fundamenta en la toma de conciencia de las propias emociones. La habilidad para suavizar expresiones de ira, furia o irritabilidad es fundamental en las relaciones con los demás.

3

Motivarse a sí mismo

Una emoción tiende a impulsar hacia una acción. La emoción y motivación están interrelacionadas. Encaminarlas hacia el logro de objetivos es esencial para prestar atención, auto motivarse, manejarse y realizar actividades creativas. El autocontrol emocional es imprensindible para el logro de objetivos.

4

Reconocer las emociones de los demás

Un don fundamental es la empatía, la cual se basa en el conocimiento de las propias emociones. La empatía es la base del altruismo. Las personas empáticas sintonizan mejor con las sutiles señales que indican lo que los demás necesitan o desean.

5

Establecer relaciones

Es el arte y la habilidad de manejar las emociones de los demás. La competencia social y las habilidades que conlleva, son la base del liderazgo, popularidad y eficiencia interpersonal. Las personas que dominan estas habilidades sociales son capaces de interactuar de forma suave y efectiva con los demás.

Muchos científicos señalan que las emociones han evolucionado fundamentalmente como un mecanismo de supervivencia. La emoción es el motor que todas las personas llevamos dentro, a partir de la energía de ciertos circuitos neuronales que se encuentran situados en el sistema límbico y que nos mueve, moviliza o empuja a querer estar vivos y relacionados con el mundo y nosotros mismos.

Idealmente, una persona puede destacarse tanto en las capacidades cognoscitivas como en las sociales y emocionales. Las capacidades del Coeficiente Emocional no se oponen al Coeficiente Intelectual o a las capacidades cognoscitivas sino que interactúan en forma dinámica en un nivel conceptual y en el mundo real.

 
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