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LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA



¿QUÉ ES LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA?

Es un proceso ordenado y sistemático de indagación en el cual, mediante la aplicación rigurosa de un conjunto de métodos y criterios, se persigue el estudio, análisis o indagación en torno a un asunto o tema, con el objetivo subsecuente de aumentar, ampliar o desarrollar el conocimiento que se tiene de este; es decir, que a través de la observación, reflexión, control y medición se puede generar o aportar conocimientos científicos.

La actividad científica tiende a manifestar dos aspectos claramente diferenciados. Por una parte, idealmente se presenta como un proceso intelectual especialmente racional, ordenado y sistemático, por medio del cual se describen estructuras y procesos de la realidad empírica y se conjeturan explicaciones lógicas susceptibles, a su vez, de contrastación con esa misma realidad. Este complejo proceso intelectual frecuentemente se apoya en una tecnología material como laboratorios, bibliotecas, hoy redes y plataformas especializadas, etc.; para realizar observaciones bajo condiciones de riguroso control. Este proceso está sujeto a diversas determinaciones y características personales e institucionales; sin embargo, principalmente está sujeto a determinantes económicos y socio-políticos de la sociedad nacional e internacional.

La investigación científica va generando, a lo largo del tiempo, un cuerpo igualmente ordenado y sistemático de conocimientos adecuadamente establecidos y concebidos dentro de un entramado de conceptos teóricamente elaborados, sobre la realidad empírica. Asimismo, la investigación es el único, el más riguroso y efectivo medio para obtener conocimiento acerca de la realidad. Para llevar a cabo esta tarea es necesario utilizar un modelo general de acercamiento a dicha realidad, el método científico, y operarlo usando como herramienta la metodología de la investigación a fin de obtener los datos sobre el objeto que se va a estudiar.

Se concibe la investigación científica como el proceso mediante el cual un sujeto o investigador se encamina hacia los hechos para obtener respecto de ellos un conocimiento científico; es decir, de naturaleza y características especiales que lo diferencian del conocimiento simple y espontáneo que nos brinda el contacto con la realidad cotidiana. De manera sencilla, puede describirse la investigación como un proceso creativo, objetivo, controlado y crítico que, sobre la base del conocimiento disponible, busca resolver problemas produciendo conocimientos nuevos.

El ser humano es curioso por naturaleza, pues ya nace con esa tendencia a investigar, la cual no se adquiere sino que emerge en la propia naturaleza humana; es por eso que el niño, en cuanto sus órganos se lo permiten, empieza a indagarlo todo con la mirada y verbalmente acosa a sus padres con un preguntar interminable. De esta manera, el ser humano curioso por naturaleza, “investiga” constantemente con diferentes objetivos y grados de profundidad. En ese sentido, la persona se convierte en el científico, el detective, el periodista, el humano que busca responder a las preguntas básicas y constantes: ¿qué?, ¿quién?, ¿cuándo?, ¿dónde?, ¿cómo?, ¿cuánto?, ¿por qué?, y ¿para qué?

La investigación se da en diferentes niveles, desde el más simple o descriptivo hasta el más complejo o predictivo.

La investigación científica es un proceso que empieza única y específicamente cuando la persona es consciente de la existencia de un problema. Por otra parte, la investigación es también un proceso que compromete concepciones del mundo, teorías, métodos y técnicas. Dentro de dicho proceso, las actividades teóricas y empíricas se entrelazan íntima e ininterrumpidamente para complementarse en el logro de nuevo conocimiento.

Finalmente, la investigación es la aventura humana que ha venido a elevar la existencia cultural en todos los órdenes. De la ciencia se desprende la técnica, la cual viene a modificar las condiciones de vida de manera insospechada.

La investigación científica es obra de un resuelto intento por encontrar algo inédito, esto es, una nueva explicación de hechos y objetos de conocimiento. Supone, por un lado, innegable aptitud creadora y esfuerzo sostenido; y, por otro, una adecuada metodología inquisitiva, ello es, una reflexión analítica y critica de los métodos puestos en práctica en el descubrimiento y en la prueba de los resultados.

TEORÍA Y PRÁCTICA

La teoría y la práctica se entrelazan íntimamente durante el proceso de investigación y se recrean en un continuo diálogo interdependiente, de tal manera que la actividad empírica es de dudoso valor si no contiene implicaciones teóricas y la investigación teórica lleva consigo consecuencias posibles en el plano de la práctica empírica que no deben ocultarse. De ahí que, subestimar la teoría, tendencia equivocada de quienes se afirman en “lo práctico” o en la superioridad de la práctica sobre la teoría, conduce a una posición peligrosa de sobrevaloración del sentido común y la intuición, como formas pre científicas de explicación, sobre el pensamiento científico. Las acciones que no se apoyan en la teoría proporcionada por el conocimiento científico de la realidad tienden a ser ineficaces, improductivas y a menudo desembocan en efectos no deseados.

Del mismo modo, subestimar la práctica lleva solo a un cúmulo de especulaciones sin asidero en la realidad y sin posibilidad de obtener resultados eficaces en la transformación de su medio ambiente. La investigación, o sea la práctica concreta del trabajo científico, compromete todos esos niveles aun cuando en determinados momentos se privilegie uno con respecto de los demás; pero, el producto siempre será una consecuencia de la intervención de factores tanto teóricos como empíricos.

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