Quiénes son de izquierda y quiénes son de derecha

La posición política de derecha o izquierda de una persona normal no es fruto de un deseo o un capricho, sino que es el reflejo en su mente de determinada realidad objetiva y que, a su vez, se encuentra en determinado grado de desarrollo histórico. Sin embargo, esa posición política es, a menudo, producto de la mente misma de algunos hombres, o sea resultado idealista subjetivo.

En el presente, este asunto ha sido convertido en un problema político para la ciudadanía, argucia que está siendo utilizada genéricamente para confundir y originar problemas a futuro.

En primer lugar, se debe señalar que recién hace unos 60 años, la sociedad boliviana salió de un sistema colonial y feudal de extrema derecha y avanzó hacia el régimen nacional y democrático de izquierda. Al presente, ese nuevo régimen está aún en su tierna infancia,

Pese a esas características, todavía hay enormes resabios de derecha que, por un lado, quieren retornar al sistema colonial-feudal ya desaparecido, es decir, se trata de grupos regresivos que conforman la extrema derecha.

Pero, por otro lado, existen ciertos sectores que se dicen de “izquierda”, que niegan la nueva realidad concreta boliviana y sueñan con fantasías cósmicas y castillos al aire. Se trata de personas que tienen orientación idealista subjetiva, utópica. Esos extremos de derecha e izquierda, (como ocurrió muchas veces), se juntan y siempre terminan coludidos para restaurar el viejo orden de ultra derecha y ponerse a su servicio, sin condiciones.

La actual realidad boliviana no es diferente a la del pasado. En efecto, mientras el país marcha por un camino nacional y democrático, de izquierda, ciertos políticos quieren darle (al país) una orientación de derecha, autollamándose de “izquierda”, y califican a quienes están en la línea nacional, objetiva, con el título de “derechistas”, o sea hay una notoria inversión de valores.

En esa forma, quienes desde las altas cumbres del poder quieren aplicar las “soluciones” que no coinciden con la realidad concreta nacional, resulta que son de derecha. No son de izquierda, ni mucho menos. Porque si lo fueran, harían coincidir su pensamiento con la realidad para perfeccionarla, realidad que es la única que determina quién es de izquierda y quién de derecha.

Contradictoriamente, las personas que están de acuerdo con la realidad nacional y democrática y, por tanto, de izquierda, son calificadas de derecha y hasta sometidas a represión.

En general, pues, se puede decir, en relación con nuestra realidad, (y no la de otros países), esos son izquierdistas solo de palabras y derechistas de hecho, teniendo en cuenta que lo único que tiene valor son los hechos.

De ahí la confusión que se ha creado en torno a la definición política de quién es de derecha y quién de izquierda. Nuestros inteligentes “izquierdistas” inventores de ese sofisma han perdido el sentido de la lógica y se deslizan al campo de la sofistica, contraria a la lógica y, por tanto, a la larga o a la corta, ese error se convierte en antagonismo que solo tiene solución con la violencia, sin olvidar que lo lógico es el reflejo del pensar según las leyes que rigen el conocimiento de la verdad, es su expresión científica; se basa en la práctica histórica de la sociedad y en la historia del conocimiento.

Lo que ahora se observa en la política boliviana es la creación de un ambiente de confusión alrededor de sofismas o uso de argumentos falsos y argucias, aprovechando la flexibilidad de las palabras, método que desconoce que la realidad cambia en forma permanente y también cambia los conceptos. Esa enajenación dogmática obliga a retornar al uso correcto de conceptos derecha e izquierda y la aplicación correcta de los objetivos históricos, con base en las condiciones de espacio y tiempo y que sinceramente se comprenda que los derechistas son tales y los izquierdista son izquierdistas.