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Bienestar

Cómo cuidar tu salud mental



Por Paula Martins

Puede que tengas un trabajo estable con buen sueldo, que estés rodeado de personas que te quieren, que no te falten planes y que tu salud física esté como un roble. Puede también que a pesar de todo esto, sea tu salud mental la que está jugando una mala pasada y que la ansiedad y el estrés se hayan apoderado de tus emociones y pensamientos.

Sientes que las situaciones te quedan grandes, a veces te sientes solo, perdido y sin una meta que te motive lo suficiente. No te preocupes, es mucho más común de lo que piensas y, del mismo modo que acudimos al médico para tratar patologías físicas, también prestar atención a nuestra salud mental es vital para poder sentirnos plenos y estables.

La ansiedad y la depresión son afecciones complejas que se manifiestan en diferentes niveles y a menudo es muy difícil identificarlas. Si por el momento simplemente crees que estás pasando una mala temporada, puedes intentar cambiar algunos hábitos de tu vida y probar a ver si de este modo te sientes mejor.

Duerme más

Las tareas pendientes, la conversación que todavía no has iniciado, los recados que tienes que hacer al día siguiente o el problema que has tenido con tu compañero en el trabajo. Por las noches nuestros pensamientos nos invaden a oscuras y no nos dejan dormir como deberíamos hacerlo. Por este motivo tratar un trastorno de sueño es fundamental. Necesitas estar descansado, despejar tu mente y levantarte al día siguiente como si nada hubiera pasado. Busca trucos, como desconectar de la tecnología o darte una ducha de agua caliente, que te ayuden a dormir mejor.

Conocerse a uno mismo

Somos personas y todos acertamos y fallamos en determinadas ocasiones Saber que no siempre escogemos la opción correcta es algo que debemos aceptar y en lugar de juzgarnos por ello, deberíamos alegrarnos por haber aprendido de lo sucedido. Tómate cada error como una lección. Piensa que nadie se libra de fallar alguna vez y confía en ti mismo para que no te vuelva a suceder.

Conexión social

Cuando la ansiedad o la depresión nos invaden, a veces lo que menos apetece es estar con otras personas. Nos envolvemos en una burbuja de la que no queremos salir y parece que cuanto más ahogados estemos en ella, mejor. Pero lo cierto es que sucede todo lo contrario. Nuestro malestar se incrementa y entramos en un bucle en el que el único pensamiento que escuchamos es el nuestro y, como no estamos pasando un buen momento, solamente generamos negatividad.

Intenta hacer planes, estar con tu familia o amigos y escuchar sus anécdotas. Te despejarás un rato y te darás cuenta de que absolutamente todos tenemos momentos de debilidad en alguna ocasión.

Ejercicio

Libera endorfinas, ejercita tu musculatura, es bueno para tu salud cardíaca y te deja una sensación de bienestar que pocas veces es fácil de conseguir haciendo otras tareas. Practica ejercicio diario y cuando te sientas un poco frustrado, no lo dudes: sal a correr o vete al gimnasio. Aunque al principio tengas pereza, lo agradecerás.

Nutrición

Tu intestino es tu segundo cerebro. No lo decimos nosotros, lo dicen los profesionales. Así que debes comer bien para tener energía. Las dietas tradicionales, como la nuestra, reducen el riesgo de depresión hasta un 35 % en tu cuerpo. Evita el exceso de alimentos procesados, azúcar y lácteos y comienza a incluir en tus rutinas los cereale integrales, las verduras y las grasas buenas.

Mindfullness

Si a pesar de todos estos intentos no has conseguido aún lograr esa paz mental, el mindfullness te ayudará notablemente. En cuanto consigas conectar con el ejercicio tu mente quedará, literalmente, en blanco. Si además logras aguantar ocho semanas con esta rutina, tu regulación emocional se estabilizará en niveles que jamás imaginarías.

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