SOCIEDAD    

Lola Rodríguez:

“El médico no tocó ni vio a Alexander”



La enfermera del Hogar Virgen de Fátima Lola Rodríguez afirmó ayer que en la madrugada del 13 de noviembre de 2014 atendió al bebé Alexander y, por la gravedad del caso, fue quien tomó la decisión de llevarlo al Hospital del Niño, por lo que el médico Jhiery Fernández no vio y menos tocó al bebé Alexander.

Rodríguez dice sentirse más tranquila después de la difusión de un audio en el que la exjuez Patricia Pacajes contó detalles sobre cómo procesaron y sentenciaron al médico Jhiery Fernández por una violación que nunca sufrió el bebé Alexander, según una entrevista difundida en el portal Rimay Pampa.

Según Rodríguez, a las 23 horas del 12 de noviembre, Jhiery Fernández llegó al Hogar a realizar su ronda de valoración habitual y ella acompañó la visita, no se desprendió ni un solo minuto del médico. Identificó a los niños que estaban mal y ambos fueron de sala en sala.

Después que Fernández dio las indicaciones para las historias clínicas respectivas, Lola lo acompañó hasta la puerta del Hogar y se despidieron.

Cerrado el recinto, nadie más podía entrar ni salir sin ser visto por el portero Ramiro, que aquella noche estaba de libre, pero había dejado una reemplazante en su lugar. Ninguno de los empleados tenía una copia de las llaves.

MADRUGADA

La madrugada del jueves 13, cuando Lola Rodríguez hacía sus primeras tareas en el consultorio del Hogar, apareció en la puerta Madeleine Paola Pahe Chambi (madre sustituta), “Le pasa algo al bebé Alexander, está raro”, alertó sin la preocupación que quizá debería haber tenido por la gravedad del caso.

El anuncio de la madre sustituta la sorprendió. En la ronda de la noche, Alexander dormía tranquilo, aunque estaba afectado por una diarrea, no había requerido atención.

Apenas llegó la joven madre sustituta puso al bebé en la camilla y dijo a la enfermera que había despertado llorando por lo que le dio leche y nada más.

Al verlo pálido, Lola le auxilió con oxígeno, controló sus signos vitales y al constatar que eran imperceptibles, entregó su teléfono móvil a Madeleine para que llame urgente al médico Jhiery Fernández, que estaba en el Instituto de Rehabilitación Infantil, ubicado a dos cuadras del Hogar.

La enfermera no tuvo tiempo de revisar el cuerpo del pequeño, pero se percató que estaba en estado crítico y que su cabecita y pechito estaban mojados. Pensó que Madeleine hizo caer a Alexander y la recriminó, pero ella le juró que no.

Cuando contestó el médico Jhiery al teléfono, Lola sólo llegó a decirle: doctor; y se cortó la llamada.

Ante la urgencia, decidió evacuar al bebé al Hospital del Niño en una ambulancia que pasaba de casualidad por el lugar, en el trayecto, sintió que Alexander se había orinado.

Sus conocimientos de enfermería le ayudaron a deducir que el infante estaba perdiendo la vida. Ese mismo rato sonó su teléfono, era el médico Jhiery que le devolvía la llamada, pero no podía sacar el móvil de su bolsillo y menos contestar porque sus manos estaban ocupadas.

Inmediatamente, decidió constatar qué pasaba con el niño, le cambió la ropa y lo limpió. Vio que Alexander estaba escaldado y no vio sangre ni nada anormal.

Hoy se arrepiente de no haber tomado unas fotografías de esa parte del cuerpo del bebé, hubieran probado que no tenía ningún tipo de lesión y evitado la hipótesis de la violación, lanzada esa mañana del jueves 13 de noviembre, por un médico del hospital Juan XXIII.

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