OPINIÓN    

A la “pesca” del voto joven

Juan José Chumacero



Bolivia es un país que se caracteriza por tener un alto porcentaje de población joven. Según el INE este 2019 la población joven entre los 15 y 28 años llega a un 28,5%, convirtiéndose en el tercer grupo poblacional más numeroso. Siguiendo la fuente, 34 de cada 100 personas son jóvenes. En este grupo etario predominan los mujeres con el 50,8% y los hombres con un 42%. Según su residencia el 71,1% vive en el área urbana y 28,9%, en el área rural. El estudio “Jóvenes y Empleo”, elaborado por la Red de Líderes por la Democracia y el Desarrollo, asume que el 61% de los jóvenes no tiene empleo y el 85% tiene trabajo pero no aporta a las AFPs para su jubilación ¿Qué ha hecho -durante 14 años- el MAS por los jóvenes?

Ahora el régimen pretende “utilizar” a la juventud y para ello, dicen, deben “alinearse” al populismo, un dislate tartufiano (léase, jocoso). Años que se devalúo el Art. 59 parágrafo V de la CPE que establece: “El Estado garantiza la protección, promoción y activa participación de las jóvenes, en el desarrollo productivo, político, social, económico y cultural, sin discriminación alguna”. ¿Cumplió? No se advierte. La excesiva tolerancia, flexibilidad e impunidad paternal del MAS, a través de una serie de “normas”, generó la “desideologización” juvenil traducida en sus comportamientos caóticos y tóxicos y que todos advierten.

Ahora que falta pocos meses para las elecciones generales, los jóvenes -electoralmente- son “útiles”, una canallada. Así, sin vergüenza alguna, el cocalero Leonardo Loza dice: “Nosotros hemos analizado nuestro trabajo político e ideológico y la juventud debe ser parte de ella. El mallku del Conamaq, Idelfonso Canaza, dijo: “en reunión con el presidente Evo Morales, definimos realizar eventos en sus regiones para que conozcan el programa político e ideológico del Gobierno”. El ministro de Comunicación, Manuel Canelas, sostuvo que YPFB lanzó el proyecto “Semillero de Talentos” para que más de 700 jóvenes se incorporen a la principal empresa del país como practicantes. Etc., etc.

Por ejemplo, la propuesta “estrella” de la “descolonización” permite una somera radiografía: miles de jóvenes no conocen, o abusan de sus “derechos”, por lo que viven tóxicamente. En espacios públicos bailan y fomentan alguna cultura foránea: Hip-hop, Rap, Regué, k-pop, connotando su preferencia por lo “occidental” (imperialista) y su “desprecio” por lo nacional étnico. Circunstancialmente, a guisa de cultura fomentan un “folklore sin identidad cultural”, para disimular su gusto por cerveza, singanis y otros. Miles o todos están idiotizados culturalmente por el celular -que para Luis Arce, Ministro de Economía, de corte neoliberal, es una “revolución tecnológica”- que no dejan ni para comer y otras necesidades (biológicas). Jóvenes de bandas de guerra de colegios –desempleados- pasan a ser miembros de bandas de fiestas patronales.

La campaña hacia las elecciones de octubre no ha empezado, oficialmente, pero el ambiente electoral ya es tóxico. El MAS hace gala de sus dotes autoritarios: acarreos, envenenamientos, entierro de vivos, chicotazos, territorios “soberanos”, etc. Ahora, en su opacidad creen que cooptándolos, extemporáneamente, con ofertas de diversa índole votarán por ellos -claro que dependerá de los jóvenes-. Como sea, está claro, los “ilegales”; en 14 años no conocen a la juventud y, por ello, creen poder “pescar” el voto joven para su beneficio político.

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