Política Internacional


PARA ACERCARSE A ARGENTINA RUSIA OFRECE TECNOLOGÍA NUCLEAR

Xavier Colás (Especial para El Mundo Moscú)

Los presidentes de Rusia y Argentina han abierto camino esta tarde a la construcción de una planta nuclear en el país sudamericano. Según ha anunciado el líder ruso, Vladimir Putin, Argentina tendrá acceso “a la más avanzada tecnología nuclear rusa”. La empresa nuclear rusa Rosatom participará en la construcción del sexto reactor de la central nuclear Atucha, anunció el mandatario ruso en una rueda de prensa conjunta con su homóloga argentina, Cristina Fernández de Kircher, que se encuentra en la capital rusa de visita oficial.

Además, ambos han acordado trabajar de forma más intensa en el sector de gas natural.

Moscú busca intensificar los lazos con países de Latinoamérica en un momento en el que las sanciones de Occidente por el conflicto en Ucrania están condicionando el desarrollo de su economía. El productor estatal de gas Gazprom y la compañía petrolera estatal argentina YPF han firmado un memorándum de cooperación.

El banco estatal de desarrollo VEB prestará 1.200 millones de dólares a un proyecto de estación hidroeléctrica en Argentina con la participación de la empresa de electricidad InterRAO, que en diciembre pasado ganó una licitación para construir la planta energética Chihuido I en Argentina.

Gazprom, según ha explicado Putin, está considerando la explotación conjunta de hidrocarburos en Argentina.

Para sorpresa de algunos periodistas, Putin destacó antes de su encuentro con Cristina Fernández de Kircher que en los últimos años las relaciones bilaterales se vieron reforzadas pero no están exentas de algunas “cuestiones complicadas”. En todo caso, en los últimos tiempos “aumentaron considerablemente los contactos políticos y se incrementó el intercambio comercial”, dijo Putin.

Fuera del ámbito económico, Putin ha dicho que Rusia apoya a Argentina en la necesidad de realizar consultas directas con el Gobierno británico sobre el arreglo de la disputa en torno a las islas Malvinas.

EL GENOCIDIO ARMENIO

Por David Mandel (enfoque@netvision.net.il)

El genocidio armenio, realizado por el gobierno otomano islámico de los turcos en el año 1915, causó entre un millón a un millón y medio de víctimas. Los otomanos masacraron a los hombres y deportaron a las mujeres, niños y ancianos enviándolos a marchas de la muerte en el desierto, sin agua ni comida, víctimas de robos, violaciones y matanzas. No faltaron los campos de concentración y los experimentos médicos.

Islámicos (turcos) mataron a cristianos (armenios) en masacres tan inmensas que, en comparación, los fanáticos de ISIS de hoy son niños de pecho al lado.

El gobierno turco de hoy, sucesor del Imperio Otomano, niega que el exterminio de los armenios fue deliberado, pero hay suficientes pruebas y documentos de testigos para considerar que sí lo fue.

Los alemanes, en contraste a los turcos, han reconocido la responsabilidad de su nación en los genocidios realizados por Hitler, a pesar de que el gobierno democrático alemán tiene menos relación con el antiguo gobierno nazi que lo que tiene el gobierno islámico turco con el antiguo gobierno otomano.

23 países del mundo han declarado oficialmente que las masacres de los armenios fueron genocidio. Esto también lo afirmó el papa Francisco hace unos días. Israel no está entre esos 23 países.

Israel, el país de una nación que sufrió un genocidio similar, hasta hoy no ha declarado que la tragedia armenia fue un genocidio. La renuencia israelí estaba basada en el hecho de que Turquía durante muchos años fue el único país de mayoría islámica que tenía relaciones con Israel, y era interés político de Israel no realizar ningún acto que pudiese dañar esa relación. Ha llegado el momento de que el imperativo ético y moral se imponga sobre el realpolitik (política basada sólo en consideraciones prácticas y materiales).

Es irónico que Erdogan, el presidente de Turquía, no pierde ocasión de acusar a Israel de genocidio y crímenes de guerra contra los palestinos.

MÁS SOBRE GENOCIDIO ARMENIO

Berlín, (EFE).- El presidente alemán, Joachim Gauck, reconoció ayer el genocidio armenio y la responsabilidad de Alemania en lo ocurrido como aliado del Imperio Otomano, por primera vez en un representante de su país.

“El destino de los armenios es parte de la historia de exterminios masivos, limpiezas étnicas y deportaciones que marcaron tan terriblemente el siglo XX”, afirmó Gauck en un oficio ecuménico en la catedral evangélica de Berlín, con ocasión del centenario de las expulsiones iniciadas en abril de 1915.

En la ceremonia, concelebrada por representantes de las principales iglesias cristianas y dedicada a las víctimas armenias, arameas, caldeas y griegas, Gauck aludió a la responsabilidad de Alemania en esos crímenes.

“Fueron soldados alemanes los que participaron también en la planificación” de ese genocidio, dijo el presidente, quien insistió en que se trató de un operación “calculada”, cuyo objetivo era el exterminio del pueblo armenio.

“No se trata de sentar a nadie en el banquillo del acusado, sino en un reconocimiento de culpa” ya que sin ello no se logra la reconciliación entre los pueblos, añadió.

Gauck abandonó así la línea de cautela de Alemania ante Turquía -socio de la OTAN y lugar de origen de 3,5 millones de sus ciudadanos- y se unió al conjunto de países que reconocen al genocidio armenio pese a las eventuales consecuencias en sus relaciones con Ankara.

La intervención de Gauck en la catedral precede a la declaración que mañana se prevé apruebe el Parlamento (Bundestag), consensuada por las filas gubernamentales -conservadores y socialdemócratas-.

En ella se reconoce asimismo el término genocidio, aplicado a las muertes de 1,5 millones de armenios bajo el Imperio Otomano.

El texto de la declaración parlamentaria es prácticamente igual al del discurso de Gauck y alude al camino recorrido por Alemania para la superación del pasado tras el Holocausto nazi.

En su anterior declaración de 2005, a la que hasta ahora se había ceñido el Gobierno de Berlín, el Bundestag se limitaba a condenar las “deportaciones” y “matanzas” sufridas por el pueblo armenio.

El cambio de postura de Alemania -derivada de su propia historia, del peso de la inmigración turca y del papel de Turquía en la OTAN- motivó esta semana una conversación por teléfono entre la canciller Angela Merkel y el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu.

La viceportavoz del gobierno, Christiane Wirtz, explicó ayer que Merkel trasladó a su homólogo ese cambio de postura, en “una buena conversación”.

 
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