Prensa, democracia y libertad

La prensa es guardián de la democracia y los medios libres e independientes, son un factor crucial para la democracia, sin estos medios y periodistas que trabajan protegidos por el Art. 106 de la CPE, que otorga garantías al derecho de la comunicación, información y la libertad de expresión, no habría una verdadera democracia “el Estado garantiza a las bolivianas y bolivianos” el derecho a la libertad de expresión de opinión y de información, a la rectificación y a la réplica y el derecho a emitir libremente las ideas por cualquier medio de difusión, sin censura previa. El Estado garantiza que las trabajadoras y trabajadores de la prensa, la libertad de expresión, el derecho a la comunicación y a la información. En caso contrario, estaríamos marchando peligrosamente hacia una hegemonía comunicacional y de poder absoluto.

El premio Nobel de Literatura Camilo Jo-sé Cela, presentó en la Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa celebrada hace varios años en Madrid, su: “Decálogo de Deberes del Periodista”, que el escritor español recomienda para el buen ejercicio de esta profesión noble. En Síntesis Cela le propone a los periodistas decir lo que acontece y no lo que ellos quisieran que aconteciera o lo que imaginan que aconteció:

1.- Decir la verdad, porque la mentira no es noticia.

2.- Ser tan objetivo como un espejo plano.

3.- Callar antes que deformar, porque el periodismo no es ni un carnaval, ni una cámara de horrores, ni un museo de cera.

4.- Ser independientes de criterio, no entrar en un juego político inmediato.

5.- Aspirar al entendimiento intelectual y no al presentimiento.

6.- Funcionar acorde con el perfil editorial de su empresa y de haber alguna diferencia buscar la independencia laboral, antes que fingir o mentirse así mismo, ya que para exponer la baraja de posibles puntos de vista ya están las columnas y los artículos firmados.

7.- Resistir toda suerte de presiones morales, sociales, religiosas, políticas, familiares, económicas, etc.

8.- Recordar en todo momento que el periodista no es el eje de nada sino el eco de todo.

9.- Escribir con la máxima sencillez posible y con respeto a la lengua.

10.- Conservar un fuerte y honesto orgullo profesional; no ensayar la delación, ni dar pábulo a la murmuración, ni ejercitar jamás la adulación, porque al delator se le paga con desprecio, al murmurador acaba cayéndosele la lengua y al adulador se le premia con una palmadita en la espalda.