Brasilia.- El pleno del Senado brasileño inicia hoy una sesión maratoniana, que durará unas 20 horas, para la primera de las dos votaciones definitivas del proceso que le puede costar el cargo a la presidenta suspendida, Dilma Rousseff.
La sesión que comenzará a indicar el destino de la mandataria, suspendida de sus funciones desde el pasado 12 de mayo y sustituida desde esa fecha por el hasta entonces vicepresidente Michel Temer, se realizará en momentos en que la atención del país está centrada en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
La sesión, una auténtica prueba de resistencia para el Senado, comienza hoy, pero sólo concluirá durante la mañana de mañana, pues cada uno de los 81 senadores tendrá 10 minutos para exponer su posición, lo que ya garantiza unas 14 horas de debates.
Además, la acusación y la parte acusadora dispondrán cada una de media hora para dirigirse al pleno, que también prevé intervalos de 60 minutos cada cuatro horas. (EFE)